Al maestro de los maestros del cuento, Antón Chéjov, se le lleva recopilando un siglo, pero es ahora cuando el lector en castellano dispone de sus cuentos completos, unos 600, que dan una visión global de este escritor ruso que no caduca: "Si eres un friki de Chéjov, aquí está todo", dice el editor Paul Viejo.

La editorial Páginas de Espuma, especializada en cuentos, comenzó este proyecto de reunir la obra de Chéjov después de hacerlo con otros dos grandes del género: y Guy de Maupassant.

Pero para completar el "gran triunvirato del cuento moderno" quedaba pendiente el vértice, que correspondía a Antón Chéjov, cuya obra ha sido recopilada en cuatro tomos de más de mil páginas cada uno, según explicó hoy el cofundador de Páginas de Espuma Juan Casamayor.

El primero de ellos, que abarca la primera época y la producción inicial del escritor ruso, de 1880 a 1885, fue publicado en 2013 y a este le siguieron uno cada año, culminando con el cuarto (1984-1903), que fue presentado hoy.

Una edición de Paul Viejo, especialista en literatura rusa y apasionado de Chéjov que, además de los cuentos, ha reunido notas, tablas, índices y apéndices bibliográficos, así como los trabajos de los traductores de diferentes generaciones que se han ocupado de este autor en castellano, tanto en España como en Latinoamérica.

No obstante, el 40 por ciento de los cuentos reunidos han sido traducidos para esta edición, ya que muchísimos de ellos estaban sin editar en español, a los que acompañan relatos no publicados o inconclusos en vida del autor.

A pesar de la abundancia de traducciones y antologías de los relatos de Antón Chéjov (1860-1904), Paul Viejo quería ofrecer una "visión global" de este autor ordenando cronológicamente sus cuentos y dando la mayor información que fuera posible recopilar al respecto.

"Quería que cualquier lector pudiera leer a Chéjov desde el principio, como si fuera un autor contemporáneo", explicó Viejo.

Precisamente, lo contemporáneo que es Chejov, "lo actual que es en todos los sentidos", es la característica que más acerca a este autor al lector, indicó Viejo, que destacó sus procedimientos "supermodernos" como el escribir un cuento compuesto por telegramas o por anuncios por palabras.

Pero aparte del estilo, los temas que aborda en sus relatos -el alcoholismo, la infidelidad, el maltrato, los abusos políticos- son tan comunes a un ruso del siglo XIX como a un español del siglo XXI, señaló este experto, para quien Chéjov es un escritor que no caduca.

El primer volumen (1880-1885) retoma la producción inicial de Chéjov, un autor que comenzó a escribir cuentos "porque había que pagar el alquiler" y que llegó a publicar en ese período 240 relatos.

El segundo (1885-1886) aúna los dos años más fecundos del ruso con cuentos en "miniatura" como "Fracaso" a relatos extensos como "Un drama de caza", pasando por "La broma", "En el camino", "Agafia" o "Vanka".

El tercero (1887-1893) es el del "esplendor" de Chéjov como escritor: "El duelo", "La estepa", "Luces" o "El beso" son algunos de los relatos que le convirtieron en un autor reconocido unánimemente, mientras que el cuarto y último volumen reúne los cuentos de su más absoluta consagración, pero también los años de su retiro y de su despedida.

Fue entre 1894 y 1903 cuando escribió algunos de los cuentos más importantes de la literatura universal como "Del amor", "Las grosellas", "El obispo" o "La dama del perrito" hasta llegar a "La novia", el último que publicó.

Pero también, recuerda Viejo, fue la época de "un Chéjov enfermo y cansado", que llegó a decir en una carta: "No me apetece escribir".

nrv

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