El escritor alemán André Kubiczek ofrece una nueva visión de los últimos años de la República Democrática de Alemania (RDA) en Skizze eines Sommer (Esbozo de un verano), novela sobre unos adolescentes que oyen rock alternativo y que, seducidos por la llamada decadencia, condenada por el régimen, llegan a la lectura de Baudelaire.

La trama está situada a mediados de 1985. El ascenso de Mijail Gorbachov a la secretaría general del Partido Comunista de la Unión Soviética, que cambiaría el destino de todo el este de Europa, apenas se registra.

Los protagonistas, cuyo futuro cambiaría por completo apenas cuatro años después con la caída del muro de Berlín, viven refugiados en una especie de exilio interior de amores adolescentes, lecturas malditas e ideas repentinas que los jóvenes anotaban en una libreta.

"Lo de las ideas repentinas había aumentado desde que, hace un año, Dirk, Michael y yo habíamos empezado a leer esos libros. Baudelaire y todo el rollo", dice el personaje narrador al comienzo de la novela.

Charles Baudelaire era uno de esos autores, que era casi imposible de conseguir en la RDA. En 1973, recuerda el protagonista, había habido una edición de una editorial de Leipzig de Las flores del mal y El spleen de Paris en un sólo tomo.

"No estaba en ninguna biblioteca, siempre se lo robaban", dice el narrador.

Sin embargo, en el verano de 1985, con mucho dinero en el bolsillo debido a que el padre se había ido a participar en una conferencia de desarme y le había dejado fondos suficientes para el verano, el narrador se encuentra en una librería con un edición de Baudelaire de la editorial Hanser de Múnich.

Estaba ahí gracias a la Feria del Libro de Leipzig de donde la habían traído los responsables de la librería para ponerla en una vitrina como si se tratara de un objeto decorativo.

"Fuera de Michael, Dirk y yo nadie sabía quien era Baudelaire en un kilómetro a la redonda", asegura el narrador cuando relata su compra del libro que le cuesta una fortuna.

"No esperaba nada de la librería de nuestro barrio y de ella llegó la revelación", dice poco antes.

Uno de los poemas en prosa de Baudelaire lo conmociona. Se trata "El extranjero", que en buena medida es una síntesis del credo decadentista al que los jóvenes personajes ya se habían aproximado en sus lecturas de Joris-Karl Huysmans y de Oscar Wilde.

En la novela se cita el poema completo que es un diálogo entre dos voces. "¿A quién amas, ser extraño, a tu padre, a tu madre, a tu hermana o a tu hermano?", empieza la primera de las dos voces para introducir una serie de preguntas sucesivas.

El dueño de la otra voz ya no tiene familia, a la palabra amigos no le da significado, odia el dinero como otros a Dios y al final, lo único que ama son las nubes.

"Amo las nubes... las nubes que se van... allá en la lejanía... las nubes maravillosas", dice el poema cuya lectura para el protagonista es "la felicidad", el "momento perfecto" y "un milagro".

Los otros tres amigos se dedican a partir de entonces a copiar los poemas de Baudelaire en sus libretas, con una dedicación casi religiosa.

Mientras tanto, van apareciendo muchachas con las que el protagonista tiene diversos tipos de relación y otras lecturas como, por ejemplo, la de la legendaria antología del expresionismo alemán Menschheitsdämmerung (Crepúsculo de la humanidad) en una librería de viejo.

Todo el libro, que fue finalista del Deutscher Buchpreis que se entrega todos los años a la mejor novela en lengua alemana del año, respira un aire de tácito descontento con la realidad inmediata, la de la RDA, sin que ello se haga explicito políticamente.

Las novelas sobre la etapa final de la RDA abundan, las más notables son La torre de Uwe Tellkamp y En tiempos de la luz menguante de Eugen Ruge, pero este es distinta en la medida en que el aspecto político nunca se hace explicito, solo está ahí como un peso en el ambiente.

nrv

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