El novelista británico reivindica en una entrevista difundida hoy su derecho a dejar de ser conocido como "el escritor de la fatua", para que no se juzgue su obra a través de esa condena a muerte decretada en 1989.

"Vivo en Nueva York tranquilamente desde el año 2000 y no me ha pasado nada, salvo que la gente sigue viendo mi trabajo a través del prisma de la fatua", indicó al semanario francés Les Inrockuptibles Rushdie, que reclama su "derecho a ser solo un escritor".

En febrero de 1989, el entonces ayatolá o líder espiritual de Irán, el fallecido Ruhollah Jomeini, emitió un edicto religioso (fatua) en el que instaba a los musulmanes a acabar con la vida de Rushdie tras calificar de blasfemia su libro Los versos satánicos.

El escritor tuvo que permanecer oculto hasta que en 1998 el Gobierno de Irán retiró su apoyo a la fatua.

Pero cada año, según confirmó Rushdie, hay gente que eleva el precio puesto a su cabeza. El pasado febrero, fueron varios medios de comunicación estatales iraníes los que aumentaron en 600 mil dólares (unos 534 mil euros) la oferta en metálico.

"De todas formas, no tienen dinero. El problema es que los periodistas occidentales se lo toman en serio, pero en realidad no pasa nada", apuntó.

Rushdie fue entrevistado con motivo de su último libro, Dos años, ocho meses y veintiocho noches, en el que dijo haber querido que ciertos elementos de Irán y Pakistán, el mundo del que procede, "penetren" en el que vive en la actualidad, EEUU.

Para su país de acogida, dijo esperar "una derrota masiva" del republicano Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre.

"Si es por poco, significa que sus ideas podrían volver en cinco años, con un candidato más fuerte que él", recalcó el también ensayista, que señaló que de momento no "entra en pánico" porque cree que la demócrata Hillary Clinton "tiene muchas cosas positivas".

sc

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