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El legado de Fernando del Paso es inmenso, inabarcable. Cuatro obras narrativas lo han convertido en uno de los novelistas más importantes de habla hispana; sus ensayos, poco revisados, lo han situado como uno de los críticos más puntuales de la realidad mexicana y de la historia; su poesía, aunque menos reconocida, está atravesada por los temas que siempre ha explorado.

Carmen Álvarez Lobato, la estudiosa de la poética delpasiana, doctora en literatura hispánica e investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, asegura que la historia, el amor, la crítica, la estancia entre la esperanza y la desolación son los temas que atraviesan toda la obra de Fernando del Paso, el escritor mexicano que el próximo sábado recibirá el Premio Cervantes de Literatura de manos de los Reyes de España.

La obra del autor de Noticias del imperio, José Trigo y Palinuro de México es reconocida por su enorme valor literario y estilístico. “Fernando del Paso ha marcado una época. Ha creado una literatura sin complejos, generada en el mismo corazón del artista que Fernando del Paso es. Tuvo el acierto de tratar historias pertinentes: trabajadores, jóvenes descubriendo el mundo a partir de sí mismos, Carlota y Maximiliano, sin abandonar su fascinación por la forma y el lenguaje”, afirma el escritor Élmer Mendoza.

Si hubiera que pensar en su mayor legado, Mendoza no duda en señalar el atrevimiento, una postura que, dice, lo llevó a ser original, arriesgado y sorprendente. “Desde el principio fue un escritor de respeto que no requirió de constantes apariciones públicas ni respaldos exagerados de grupos. Estaba con todos y todos estaban con él. En lo particular admiro su capacidad de trabajo, su pasión por el texto perfecto y su terquedad como investigador. Aprendí de él que ser un creador no es algo que se dice, simplemente es algo que se practica”.

El escritor e investigador Vicente Quirarte dice que Fernando del Paso, con sensibilidad y conocimiento del oficio, consuma una obra reconocida por sus pares y lectores. “Pocos son los que logran, como Fernando del Paso, hacer de cada trabajo salido de su pluma una catedral de signos, una fiesta de la imaginación y el intelecto, un edificio que resista el paso de los años y la lectura de varias generaciones”.

El miembro de la Academia Mexicana de la Lengua dice que en sus tres novelas mayores, Del Paso ha llevado a cabo una lectura de la historia mexicana valiéndose, como núcleo primario, de tres personajes ya inolvidables: “José Trigo o el descenso al México ancestral y profundo; Palinuro o la odisea del hombre enfrentado al enigma del amor y la muerte a través del cuerpo de Estefanía o de un país que cambia de manera vertiginosa y radical; Carlota de Bélgica o la nueva Penélope que teje y desteje su locura y se transforma, por voluntad del narrador, en ojos omnipotentes de la Historia”.

Una literatura cruzada por el amor. Carmen Álvarez Lobato dice que sin querer ser reduccionista porque Fernando del Paso ha escrito tantas cosas que no es posible dejarlo solamente en unos cuantos esbozos, encuentra temas centrales en su obra.

“La historia juega una parte fundamental, la otra sería el amor. El amor cruza sus novelas, evidentemente la poesía, ahora misma estoy pensando en un trabajo sobre la poética amorosa de Fernando del Paso porque está en los personajes de José Trigo, está en el sublime amor entre Palinuro y Estefanía su prima, naturalmente está en Maximiliano y Carlota, y de algún modo también está en Linda 67, y está por supuesto en su poesía”, señala.

La estudiosa de la obra delpasiana afirma que el amor cruza de una manera muy bella toda la obra de Fernando del Paso. “También está su parte lúdica, se trata también de un autor muy divertido, yo también estudio su carácter tragicómico que le da a la historia; nuestra historia es trágica, pero lo que hace Del Paso es contarnos esa historia terrible de México en una clave a veces sumamente divertida porque precisamente la risa resulta mucho más crítica”, afirma Álvarez Lobato.

Ella, la investigadora que prepara un libro con las nuevas lecturas a la narrativa, la ensayística y la poesía de Fernando del Paso, es quien afirma que a nivel temático un gran acierto del narrador es su crítica a la historia, una crítica a la historia no solamente de México, sino también una crítica a la historia entendida como un proceso, como progreso lineal.

“Él nos dice que la historia de México, la historia en general, es bastante más complicada, que a veces avanzamos y a veces retrocedemos, pero siempre en sus novelas tenemos esta crítica de la historia y una mezcla de lo mítico con lo histórico. Si bien sus tres novelas fundamentales hacen más o menos una reescritura de la historia, finalmente sus personajes dejan de ser históricos para convertirse en parte del mito, incluso personajes históricos reales como es el caso de Maximiliano y Carlota”, afirma Álvarez Lobato.

La investigadora agrega que el que ella considera su gran aporte es a nivel estilístico. “Esa mezcla de los histórico con lo mítico es usual en muchos escritores mexicanos, pero el estilo de Fernando del Paso hace la gran diferencia, este estilo boyante, muy cercano a la oralidad. En las tres novelas primeras me parece un gran aporte de Fernando del Paso, un ensayo de varios estilos, de varias temáticas, de neologismos, arcaísmos y un impulso poético impresionante en su narrativa”.

La hispanista Sara Poot-Herrera, quien ha llamado a Fernando del Paso “Emperador del  idioma”, asegura que es digno reconocer a este importante escritor mexicano por su monumentalidad en la lengua, en la historia y en la cultura. “Su  postura ante el mundo, asumida con su palabra”. Además dice que celebra toda la obra de Fernando del Paso, desde el cuento “El estudiante y la reina”, publicado por Juan José Arreola.

“Fernando es un espejo de épocas, Fernando del Paso es un joven con la palabra que se desborda, porque rebasa  diccionarios, porque se ríe con él, porque su sencillez viste la palabra, la desnuda, la hace poesía, la regala a los jóvenes y  hace jóvenes a quienes habían dejado de serlo”.

Intelectual crítico. Fernando del Paso es un escritor incomodo, nunca complaciente. Élmer Mendoza asegura que siempre le ha interesado la realidad mexicana pero no es un hombre estridente.

“Me parece absolutamente saludable que el maestro comparta su indignación, sus señalamientos flamígeros han llegado lejos y han sido útiles para explicar lo que ha estado sucediendo en nuestro país. Me gusta mucho su señalamiento de que hemos tenido que aprender palabras nuevas, como Tlatlaya o Ayotzinapa para reforzar nuestros desacuerdos, y recordarle al gobierno que sabemos lo que está ocurriendo y que, además, somos capaces de nombrarlo”.

Carmen Álvarez Lobato dice que el escritor es sumamente crítico. “Del Paso siempre ha dicho lo que piensa, no es un escritor complaciente, nunca ha sido complaciente con ningún régimen político, en sus novelas siempre ha reescrito estos movimientos complicados en la historia de México. Es una persona sumamente crítica, no es complaciente con el Estado”.

Recuerda que en una entrevista que ella le hizo le preguntó a Del Paso si tenía esperanza en los procesos políticos de México y del mundo. “Él me dijo que su visión era más bien desesperanzadora. Eso también forma parte de la poética de Fernando del Paso, este aparente tener esperanza en la literatura o en el poder del hombre y al final una ambigüedad de tener esperanza o no tenerla. Eso que se refleja en su literatura es la opinión personal de Fernando del Paso. Cuesta trabajo tener esperanza con estos tiempos turbulentos”, afirma la catedrática.

La obra de Fernando del Paso es muy crítica pero al mismo tiempo muy lúdica. Álvarez Lobato cita el caso de El viaje alrededor del Quijote, que ella define como una lectura fragmentada donde el escritor integra las lecturas que se han hecho del Quijote y logra una obra que él llama “un centón, una suma de fragmentos, una colcha de retazos”.

La estudiosa de la Universidad Autónoma del Estado de México dice que para entender a Del Paso es importantísimo entender que él es un gran erudito, y como ejemplo cita Bajo la sombra de la historia, que forma parte de su trilogía ensayística sobre el judaísmo y el islamismo.

“Lo que les explico a mis alumnos en las clases es que Fernando del Paso parece una especie de Rey Midas, que la historia o el amor o todo lo que toca lo convierte en poesía, y hablo más allá de su lírica, me refiero a un sentido primordial de cómo ve su obra, me parece que toda ella está teñida de poesía”, concluye la estudiosa.

El próximo sábado, Fernando del Paso recibirá el Premio Cervantes de Literatura y se convertirá en el sexto mexicano en tenerlo en su poder, tal como lo hicieron Octavio Paz, Carlos Fuentes, Sergio Pitol, José Emilio Pacheco y Elena Poniatowska.

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