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Madrid. El escritor Mario Vargas Llosa (Arequipa, Perú, 1936) presentó ayer su nueva novela Cinco esquinas (Alfaguara) en una multitudinaria rueda de prensa celebrada en la Casa de América de Madrid.

Su romance con Isabel Preysler, ex mujer del cantante Julio Iglesias, congregó no sólo a los periodistas que habitualmente cubren el área de cultura sino también a reporteros de las revistas del corazón. El Nobel se ha convertido en protagonista habitual de la revista ¡Hola!, en cuya portada ha aparecido hace unas semanas posando con su nueva pareja, lo que ha provocado críticas de sus hijos, quienes le acusan de ser un frívolo.

Ayer el Nobel de Literatura les respondió. “Si pudiera elegirlo no me gustaría aparecer en ¡Hola! Ahora aparezco en la revista por razones de tipo personal. Si usted tiene la receta para no aparecer, dígamela. Hay fotógrafos en la puerta de mi casa y me siento como vigilado. No puedo sentarme a tomar café, porque hay fotógrafos que me persiguen”, aseguró.

De la revista aseguró que es “frívola pero no amarillista”, dijo no leerla, aunque subrayó que es un caso muy interesante porque logra vender un millón de ejemplares cada semana sólo en España. “Ahora los periódicos caen en picado por la pérdida de lectores. Estamos ante la horrible perspectiva de que los periódicos vayan a desaparecer y sólo queden los digitales. Y ¿sabe cuánto vende ¡Hola! a la semana en España: un millón”, respondió. “Es un fenómeno cultural de nuestro tiempo. Ofrece la vida en rosa. En ella todos son ricos, todos son felices, todos asisten a actividades que producen placer. Hay millones de personas que quieren ese material que les haga soñar. Antes eran las novelas las que lo ofrecían. Antes la novela era rosa”, recordó.

Cinco esquinas, que toma su nombre del barrio limeño, transcurre en la última semana del gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000) en un país horrorizado por el terrorismo de Sendero Luminoso. Y en ella el periodismo es uno de los temas presentes. La novela comienza con un encuentro sexual entre dos mujeres de clase alta: Marisa y su amiga Chabela, durante una noche en la que hay toque de queda en Perú. Las dos mujeres continúan su relación sentimental mientras el marido de una de ellas, un empresario, se plantea mudarse a vivir a Miami (EU) tras ser chantajeado por el director de una revista amarillista con unas fotografías en las que aparece en una orgía.

“Quise mostrar cómo los hombres fuertes del gobierno, como Vladimiro Montesinos (que fue asesor de Fujimori y su jefe del servicio de inteligencia), utilizaron a la prensa amarilla más despiadada para aniquilar a sus opositores”, aseguró.

“Montesinos llegó a acallar a mucha gente que tenía terror a verse envuelto en escándalos. En Perú esa guerra sucia fue muy eficaz y muy sucia, y que yo sepa no se ha usado en ninguna otra dictadura”, recordó.

Vargas Llosa también habló del periodismo y de periodistas, de quienes señaló la responsabilidad que tienen. Dijo que la primera de las recetas es no mentir. “Parece obvio defender la verdad a la mentira, pero no lo es. Muchas veces en el trabajo periodístico nos sentimos empujados a confundir la verdad con la mentira. La realidad es confusa pero la primera norma es defender la verdad”, aseguró.

En este sentido aseguró que esa es una gran diferencia con la literatura, porque “la mentira es lícita en la literatura, pero no en el periodismo”.

Con más de una veintena de novelas y numerosos artículos publicados, el escritor dijo que la mayor satisfacción de su vida literaria, incluso más que el Nobel, fue cuando supo que formaría parte de la colección que reproduce el canon literario universal, el firmamento de La Pléiade. “Eso me ha dado más alegría que salir en la portada del ¡Hola!”, concluyó.

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