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MÉRIDA. —Entre encuentros de periodismo cultural, cine y caricatura, entre autores para niños, jóvenes, y best sellers, han transcurrido los primeros días de la Feria Internacional de Lectura Yucatán (FILEY) 2016. Aquí, periodistas se han dado cita para reflexionar sobre periodismo cultural en tiempos de violencia y crisis, pero también se han generado encuentros entre hacedores de libros para niños y jóvenes.

En los dos días de actividades del Segundo Encuentro Nacional de Periodismo Cultural, comunicadores de distintos medios han dado cuenta del papel de la cultura, del periodismo y de la palabra ante fenómenos como la violencia. Héctor de Mauleón dijo que ante el estallido de violencia por la declaración de Felipe Calderón de guerra contra el narcotráfico, los periodistas profesionales no estaban preparados.

“Esto tiene que ser contado en algún momento, cómo llegó la violencia, ese remolino, y cómo nos envolvió, sacudió y tiró todo y cómo nos acostumbró a desayunar todos los días con imágenes de encobijados, de encajuelados, de decapitados, gente torturada, de matanzas criminales”, dijo.

Luego, el escritor recordó: “Fueron pasando varios fenómenos, uno de estos fue que los periodistas adoptamos el lenguaje del crimen y el lenguaje de la violencia sin darnos cuenta.

“En los primeros años empezamos a hablar en un lenguaje policiaco: ejecutados, levantados, el control de la plaza, comenzamos a hablar como si fuéramos comandantes de la policía judicial porque no estábamos preparados. Entonces, tomar conciencia de que cuando la violencia se mete al lenguaje ya se metió a todo, nos costó un poco de trabajo. Y después, nunca reflexionamos sobre lo que tendría que hacer el periodismo cultural frente a ese estallido de violencia, tampoco lo reflexionó el periodismo duro”, dijo De Mauleón.

También Juan Villoro señaló que “todo buen periodismo es cultural en la medida en que la cultura es la representación de la realidad, es la manera en que nosotros aprendemos a ver el mundo y a descifrarlo” y que “en un sentido amplio, la cultura es todo aquello que permite comprendernos, en ese sentido todo periodismo tiene algo de periodismo cultural”.

Ayer por la tarde, Judith Amador, reportera de Proceso, dijo que la cultura no puede devolver la paz y la esperanza, y no lo hará porque en México la han hecho parte de un discurso político muy simplista. “Todos los periodistas que estamos participando en estas mesas tenemos el deseo y la convicción de que la cultura sí sirva para algo, que tiene que ser una transformadora del ámbito social, económico, cultural. El verdadero problema de México está en el modelo económico que ha acentuado las diferencias sociales y que mientras no se solucione pueden inundar con programas culturales todo el país pero no va a disminuir la violencia”.

Arturo Benjamín Pérez y Erik Vargas dieron cuenta de las acciones que ha emprendido la gente en sus ciudades, Xalapa y Tampico, para confrontar la violencia y ganar los espacios públicos y la tranquilidad, y cómo ellos a través del periodismo han contado esas historias. Porque si algo ha quedado confirmado en este encuentro es que el periodismo debe servir a la sociedad y que la cultura debe empeñarse en ganar terreno a la violencia.

Para niños y jóvenes. A la FILEY la comenzaron a inundar ayer los niños y jóvenes en visitas escolares. En el evento “Los jóvenes con Jordi Sierra i Fabra”. El escritor español se encontró con decenas de muchachos que lo han leído o quieren leerlo y respondió todas las preguntas de sus interlocutores.

Natalia Heredia, estudiante del colegio The Workshop, llegó a él al final de la charla para agradecerle que escribiera historias pensando en ellos. “Le comenté que lo había leído, que había comprado uno de sus libros en la FILEY el año pasado. También le pregunté qué consejos le daría a alguien que quiere comenzar a escribir y me recomendó su libro Rabia, que habla sobre las personas que tienen inquietudes”. Jordi Sierra le dio varios consejos.

“Los encuentros son muy buenos. Las preguntas siempre son las mismas, ¿cómo me hice escritor? Entonces les cuento la historia de mi vida, de mi escuela, de mi problema de ser tartamudo; ¿cómo escribo? les cuento mi método de trabajo, qué libro es mi favorito, cuál me cambió la vida; no soy ningún ejemplo pero si soy una muestra de cómo con constancia uno puede llegar a ser lo que quiera”, señaló.

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