Cuatro años después de que se iniciara la , la Justicia decidió hacer un peritaje entre El Aleph, la obra original de Jorge Luis Borges, y El Aleph engordado, de Pablo Katchadjian, para determinar si el docente universitario alteró o no el trabajo original.

Ésa fue la medida más importante alcanzada ayer durante la audiencia pedida por Katchadjian en la apelación del procesamiento impuesto por la Cámara de Casación, en la que se dictó la falta de mérito hasta tanto un cuerpo de peritos determine si se adulteró o no la obra original.

"Después de iniciado el juicio, Katchadjian comenzó a hablar de intertextualidad, pero antes hablaba de engordamiento", afirmó ayer a LA NACION Fernando Soto, el abogado de María Kodama, viuda de .

Mirta López González y Mariano Scotto, integrantes de la Sala V de la Cámara de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Nacional, dispusieron la realización de un peritaje sobre las dos obras. Es probable que cada parte aporte un especialista propio.

Ese proceso, entre la selección de los expertos y la coincidencia en los puntos concretos para chequear, podría demorar al menos unos tres meses. El trabajo de los peritos demandaría unas dos semanas, ya que tendrán que cotejar el original y el "engordado".

El Aleph tiene 4 mil palabras. Katchadjian le sumó 5600 palabras en su ejercicio literario del que, en 2009, editó 200 volúmenes por medio de su sello Imprenta Argentina de Poesía (IAP), que habría distribuido entre conocidos.

En la audiencia de ayer participaron el profesor universitario y su abogado, Ricardo Straface; el representante letrado de Kodama, y los dos camaristas.

"No era necesario que yo asistiera, porque la audiencia de apelación había sido pedida por Katchadjian, pero fui a agregar argumentos en defensa del respeto de la obra de Borges", indicó Soto, al insistir en que El Aleph fue adulterado.

"No es cierto lo que en la posdata dice el autor de El Aleph engordado porque cambió palabras, suprimió palabras, cambió signos de puntuación y engañó a todo el mundo, incluso a sus propios lectores", añadió el abogado de Kodama, al indicar que en este trabajo se incluyeron "un montón de ilustraciones de dudoso gusto" y que tampoco se conoce el autor.

Durante la audiencia, Soto presentó un ejemplar de las primeras ediciones de El Aleph y otro publicado recientemente. "Vamos a buscar personas que conozcan bien la obra de Borges, de una academia o de una facultad, para que sean objetivas a la hora de hacer la comparación. Aunque con sólo leer palabra por palabra de cada una de las versiones se confirma una gran cantidad de adulteraciones", agregó.

El abogado de Kodama evitó anticipar si podría haber un reclamo monetario en el futuro, luego del peritaje, pero enfatizó que el profesor universitario "ni que quiera va a ir preso, como suele comentar, porque la pena por este delito es mínima y excarcelable".

Tras calificar el trabajo de Katchadjian como "El Aleph mamarracheado", Soto se mostró indignado por el hecho de que se haya "alterado uno de los textos más famosos de la humanidad. No hace falta ser experto para darse cuenta de los cambios".

Y concluyó: "Ahora, después de cuatro años de iniciada la causa judicial, se logrará hacer lo que debía hacerse desde el principio. Comparar una obra con otra para que se compruebe la adulteración del texto original y determinar si fue una acción dolosa".

rqm

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