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“Las ciudades son un artefacto, creación de los humanos que ha llegado a un nivel de complejidad importante, por ello es importante revisar los procesos de urbanización en el contexto moderno”, aseguró ayer Joan Clos, ex alcalde de Barcelona, en el tercer día de actividades del Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad Mextrópoli.

Clos, director ejecutivo del Programa de Asentamientos Urbanos de Naciones Unidas (ONU-Hábitat), abordó el tema de la urbanización global; sus consecuencias positivas y negativas y la nueva agenda urbana.

De acuerdo con Clos, el diagnóstico de los últimos 20 años alrededor de la urbanización arroja impactos negativos, uno de ellos fue en 2007, pues “dio paso a la crisis financiera en Estados Unidos como consecuencia de una
desregularización del mercado hipotecario con conductas financieras infundadas”. La Primavera Árabe, agregó, también fue resultado de este proceso de desarrollo urbano.

Sin embargo, el directivo de la ONU-Hábitat también subrayó efectos positivos del urbanismo, pues afirmó que se trata de “uno de los caminos de prosperidad de muchos países”. Explicó que, junto con la industrialización, este fenómeno ejemplifica el “éxito económico de China”.

Agregó que la urbanización tiene relaciones estrechas con la globalización; desigualdad social debido a la segregación de la población; el cambio climático, porque las ciudades consumen mucha energía; y hasta el terrorismo, pues éste tiene un interés en suscitar un alto impacto, y ejemplificó con el 11 de septiembre en Estados Unidos, los ataques en Londres, Madrid y París, “se busca a la ciudad como la víctima para generar resonancia”.

La urbanización no puede asegurar, al menos no en su totalidad, el bienestar de los ciudadanos; Joan Clos ve imperfectos en este fenómeno. Se refirió a lo que llama “la excepción Latinoamericana”, que “requiere un análisis porque probablemente es la zona más urbanizada del mundo pero, en cambio, es una zona donde la urbanización no ha estado vinculada a un crecimiento económico”.

En su conferencia, Clos planteó cinco pilares de una nueva agenda urbana, aplicables a nivel global y local: Una política nacional urbana, en la que los Estados sean partícipes del desarrollo de sus ciudades; un marco jurídico que reglamente la forma como se construye el urbanismo y que organice la distribución de las ganancias que una ciudad genere; y el diseño urbano que proyecte el aprovechamiento eficiente del espacio. Añadió también el tema del financiamiento de la urbanización, que exige un plan de gastos que logre realizar proyectos que favorezcan a los ciudadanos; y por último, la implementación local de los puntos anteriores, buscar que se cumpla lo planeado y se aproveche el espacio en beneficio de prosperidad y el bienestar.

Al ser cuestionado por EL UNIVERSAL sobre si estos puntos de la nueva agenda urbana podrían mejorar las condiciones de rezago económico en Latinoamérica, Clos señaló que sí, incluso aseguró que trabaja con la Comisión Económica de América Latina para “proponer ideas adicionales a esta agenda” y así relanzar la economía latinoamericana que esté más comprometida con la sociedad.

Finalizó pidiendo analizar el contexto actual de la urbanización con el objetivo de “mejorar las condiciones de vida nuestros ciudadanos”.

Méxtrópoli arrancó su cuarta edición el pasado 11 de marzo con una serie de exposiciones, instalaciones en espacios públicos, muestras de arquitectura y paseos por la ciudad. Ayer y hoy el Festival internacional de Arquitectura ofrecerá conferencias magistrales en las que reune a ponentes nacionales e internacionales.

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