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The Queen falls es una exposición que marca el inicio de proyectos en la galería OMR. Después de que en 2016 abrió su nueva sede en la colonia Roma (Córdoba 100), este 2017, y de manera paralela a la feria Zona Maco, OMR inaugurará una de las más ambiciosas exposiciones en su historia con la participación de nueve artistas, algunos de los cuales por primera vez exhiben en México. Trabaja con nuevos nombres con la idea de ampliar su grupo de artistas y, por otra parte, abre una relación con el público pues algunas de las obras estarán en espacios que van más allá de los de la galería, en otros edificios de la colonia Roma.

Para The Queen falls, OMR ha invitado a los curadores internacionales Anissa Touati y Marc-Olivier Wahler, quienes se plantearon como eje de la exposición una frase de Hamlet, The Queen falls (“La reina cae”), que se halla al inicio del libro, y una frase final: The King dies (“El rey muere”).

La exposición incluye 24 obras de Ugo Rondinone, James Turrell, José Dávila, Alicja Kwade, Jorge Macchi, Jorge Méndez Blake, Gabriel Rico, Tatiana Trouvé y Oscar Tuazon. Se trata de pinturas, instalaciones, esculturas, obras en neón, y ocupa los dos pisos de la galería, y la azotea, e incluso se va a muros de edificios del exterior.

La curadora Anissa Touati dice que tiempo, espacio, ciencia y filosofía son los conceptos que subyacen en esta exposición; así como la investigación y el cuestionamiento de nuestra realidad y nuestra sociedad.

“El trabajo de los nueve artistas emplea con frecuencia las cualidades de la experiencia diaria; a menudo reflexionan sobre las fronteras entre la ficción y la realidad”, afirma la curadora en entrevista vía correo electrónico.

En la exposición ha sido muy importante el tema de la disposición de las obras y de los vacíos que quedan entre unas y otras. Es un juego en el tiempo y el espacio. La curadora refiere que es una narrativa enmarcada por el vacío, un espacio “negativo” alrededor y entre las obras expuestas: “Allí hay indicios que, considerados de manera individual, parecen corresponder a una lógica ordinaria; pero que, como un todo, constituyen una red en la que se disuelven todas las normas reconocidas. A tono con el fantasma de Hamlet, las obras parecen derivar hacia adentro y hacia afuera del espacio de la galería”. Para Touati, se crea o no que el “vacío” es real, se puede decir que su presencia se materializa: “Puede ser real, puede no serlo, en todo caso es seguro que el fantasma es real para Hamlet.”

Uno de los propósitos de las obras y la exposición es dejar que el espectador decida qué lecturas hacer. Esta noción la destaca el artista José Dávila, quien comenta que en un mural, una de las tres obras que expondrá —justo en el muro de un edificio exterior a la galería— ha incluido fichas técnicas de obras de arte, extraídas de libros antiguos, y propone una libre asociación de ideas, que tiene que ver con el tema del fantasma en Hamlet en la medida que no todos pueden oír y comprender su presencia. Esta pieza es particularmente importante para Dávila, quien se dice muy “interesado por sacar el arte de los cuatro muros blancos, del white cube, y que cualquier persona se encuentre con obras, sin referenciarla como tal”.

El artista Jorge Méndez Blake expondrá dos piezas en bronce: letreros con las frases The Queen falls y The King dies, uno de los cuales remplazará el letrero exterior de OMR con la misma tipografía y tamaño del original. Estas frases no sólo hacen referencia a la obra de Shakespeare: “Lo que me gusta es que la obra puede hablar de temas muy distintos: de la caída de instituciones, de los tiempos, de temas políticos a lo mejor, cada quien le da la interpretación que considere pertinente”.

Para Touati , el lenguaje formal de los artistas comparte una fuerte conciencia de la presencia. Considera que “comparten un profundo interés en asuntos científicos y metafísicos, y sitúan sus obras en elevadas conexiones cósmicas. La complejidad interior de sus esculturas y pinturas se esconde detrás de una simplicidad formal, y cuestionan de manera sutil la percepción de lo que en efecto vemos o percibimos”.

Nuevas relaciones. Cristóbal Riestra, director de la galería OMR, explica que esta colectiva es una oportunidad para colaborar con nuevos artistas, un experimento que abre horizontes: “La exposición tiene la lógica de que el tiempo no es lineal, es circular, y las piezas que vamos a presentar buscan revisitar esta idea del tiempo, como un ciclo que vuelve a empezar”.

Añade que con esta muestra, OMR lanza un proyecto de trabajar en un corredor de arte en el espacio público, en áreas subutilizadas de la Roma. Por ahora, tres obras irán a otros espacios: la azotea de la galería, donde se está creando un jardín, tendrá una de Oscar Tuazon; en un edificio cercano estará una instalación de Rondinone, y en otro estará el mural de Jose Dávila. Todas las piezas exteriores podrán verse desde el jardín de la azotea.

“A futuro —dice Riestra—, la idea es que tengamos dos programas paralelos: el de las exposiciones en la galería, y el de las instalaciones en el exterior. Buscamos un acercamiento más directo entre arte contemporáneo y público, y que haya una temporalidad distinta en la presentación de las piezas. El arte puede ser eje de cambio para recuperar, recomponer el tejido social, por eso buscamos proyectos que relacionen innovación social con cultura”.

The Queen falls se expondrá del 7 de febrero al 25 de marzo en OMR.

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