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El Centro de la Imagen exhibe hasta el seis de noviembre Fernell Franco Cali Claroscuro, un homenaje a un fotógrafo y artista que captó la transformación de la ciudad colombiana de Cali a donde llegó desde joven, víctima de la Violencia de su natal Versalles.

La exposición está integrada por 152 obras de los años 1970 a 1996, que pertenecen a las series fotográficas Retratos de ciudad, Pacífico, Demoliciones, Billares y Color popular. Un conjunto que, si bien muestra los rostros de Cali y el puerto de Buenaventura (en el Pacífico), sintetiza la transformación urbana latinoamericana.

María Wills Londoño y Alexis Fabry son los curadores de esta exposición concebida por la Fondation Cartier pour l’art contemporain, París.

Discreto, prolífico, visionario, tímido, así describe la curadora a Franco, un fotógrafo que murió en Cali en 2006 y que creó una obra con una gran potencia que por diversas circunstancias no se difundió en Colombia como debió ser, y que más bien se dio a conocer en eventos internacionales como la Bienal de La Habana o el Primer Coloquio Latinoamericano de Fotografía en la Ciudad de México, en 1978.

Franco construyó un retrato íntimo, visionario de una ciudad que se transformaba como consecuencia de la violencia, los cambios inmobiliarios, la migración, el narcotráfico.

“Fue un artista con una calidad e identidad, con una propuesta muy profesional, conceptualmente muy robusta. En su obra está todo el tema de las ruinas, las transiciones de una ciudad, de lo marginal”, explica Wills.

Fernell Franco fue un artista que exploró el collage, la sub y sobreexposición de luz, el dibujo en acrílico, el lápiz o aerógrafo. El artista, quien fue fotorreportero, perteneció al llamado Grupo de Cali, donde estuvieron el escritor Andrés Caicedo, los cineastas Luis Ospina y Carlos Mayolo, y los artistas visuales Ever Astudillo y Óscar Muñoz.

“La vida de él se termina proyectando en su obra; el tema de la violencia lo termina manejando de manera metafórica; él llega a vivir en barrios marginales, su primer trabajo es ser mensajero de un estudio de fotografía y así conoce la ciudad, tiene contacto con tabernas, prostíbulos, con la cultura popular colombiana. El cine popular mexicano es clave en su obra”.

Una serie de retratos, como la de Prostitutas, creada en Buenaventura, es una serie muy emparentada con el cine: “Quería hacer algo como descongelar la fotografía, lograr efectos que la fotografía no podía tener; dejaba vivas las fotos, nos las fijaba. Las suyas son fotos con una gran potencia plástica. A él lo veo como un alquimista, con una mirada hacia la ruina, sin mostrar la violencia de manera directa”.

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