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La transformación atraviesa las obras de la exposición que Daniel Lezama inaugurará el 10 de diciembre en la galería Hilario Galguera, Transformación en la imagen, la forma y los mitos.

Lezama no sólo expondrá pinturas; esta vez ha explorado una de las posibilidades de la gráfica: el monotipo; eligió trabajarlos en negro y al óleo. El resultado: mucha libertad y espontaneidad, cuenta el artista.

Una pintura en gran formato, de 2.40 metros por 3.20, llamada La Joya, es el centro. La acompañan tres más pequeñas y 25 monotipos en color y cinco monocromáticos.

La pintura parte de un mito griego, el de Acteón y Diana; él es un cazador, y ella la diosa virgen que no debe ser vista por los mortales. Él se acerca y la ve desnuda en una fuente, entonces sufre el castigo de convertirse en venado y sus propios perros de cacería lo devoran al confundirlo.

“Es un mito clásico, pero lo interesante es revertirlo y hablar un poco del observador del deseo, de los elementos de vaivén que tienen que ver con convertirse en lo que deseas, estar amenazado por lo que deseas, jugarte la vida por lo que deseas. Y para mí fue entonces transformar el mito: Diana ya no es Diana, es un poco el mito de la Madre Tierra, está rodeada de hombres que se han convertido parcialmente en venados, esos hombres duermen o están muertos después de un acto sexual, hay un vidente que manipula la escena...”

Lezama conforma en su pintura una escena compleja que se acompaña de otras piezas: “Los monotipos son como facetas, como personajes alrededor del fuego, reunidos en torno de un cuadro, otros están conectados con piezas que tienen que ver con los trabajos que vienen, que estoy trabajando para Maco (la feria Zona Maco). Más o menos la mitad está relacionada con eso que viene, tienen que ver con la transformación ante el deseo. Finalmente, Acteón se transforma por el deseo, por el castigo, pero la suya es una mirada prohibida que genera una transformación, pasa del reino humano al animal”.

Reinventar mitos. Lezama (Ciudad de México, 1968) define muchos de estos monotipos como acercamientos en clave al mito o elementos que lo circundan: “Tiene que ver con lo que he hecho, con generar una mitología personal a partir de mitologías preexistentes. Se mezclan lo prehispánico con lo griego, con el bosque; ahí está Ehécatl, el dios del viento. Se ubica en una joya y en México, y en los campos, la joya es un lugar donde hay agua en medio del bosque, casi siempre en el cráter de un volcán, es también una representación del órgano sexual femenino”.

El monotipo (procedimiento donde se pinta una única placa y se hace una sola impresión) es algo muy espontáneo; en este caso, hay muchos elementos del dibujo que le permitieron gran libertad.

El conjunto de monotipos es totalmente figurativo; tiene un tratamiento muy pictórico pero mantiene las partes blancas que son el papel: “Me permite seguir trabajando como lo he hecho, pero con una espontaneidad muy grande. Hay una parte que no controlas pero es relativamente menor, no me interesa controlar, si lo hiciera como una pintura sería extremadamente complejo”.

La muestra Monotipos no es una exposición que resuma los últimos años del artista. Aquí explora el tema de la alquimia que estará presente en sus nuevos proyectos: grandes pinturas acerca del Anima y el Animus.

Los monotipos para la exposición fueron creados en el Taller Tokio del artista Roberto Turnbull.

Previo a la exposición se presentará el libro Suave Matria, que es parte de la colección Círculo del Arte, de Conaculta, que coordina el fotógrafo Pablo Ortiz Monasterio, y que contiene un ensayo del escritor Sergio González Rodríguez.

La presentación del libro será en la Galería Hilario Galguera el 10 de diciembre a las 18 horas. La exposición Monotipos estará en exhibición hasta el 22 de enero. Cerrará del 21 de diciembre al 3 de enero.

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