Obras que van desde la intervención del lugar, pasando por piezas en pintura y collage sobre poder, dinero y tiempo, hasta la relación de violencia y honor en una sociedad, forman parte de tres muestras que acogerá el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC), del 5 de septiembre al 3 de enero de 2016.

Sobre "Testigos: un catálogo de fragmentos", de la peruana Elena Damiani, la curadora adjunta del espacio museístico, Cecilia Delgado, mencionó que la obra de esta artista forma parte del programa curatorial "Intemperie Sur", un trabajo que iniciaron el año pasado y que consiste en una serie de intervenciones a espacios dentro del propio MUAC, como son patios y terrazas.

La propuesta es generar otro tipo de visibilidades y ocupaciones a nivel del propio espacio del recinto, es decir, lo que implica la arquitectura de este lugar.

"En este caso se presenta Damiani, que es la primera intervención de este año. Es una propuesta interesante que tiene que ver con la materia en sí y los procesos temporales en donde hay reflexiones que van superponiendo ciertas capas que hablan sobre el tiempo y el espacio", expresó Delgado, quien en esta muestra participó como co-curadora junto con Amanda de la Garza.

La autora peruana Elena Damiani dijo que ella presentó la propuesta de intervenir una terraza del museo a través de una instalación conformada por dos piezas a partir de la piedra de nombre travertino, para presentar una reflexión sobre la fracturación del tiempo y del entendimiento de la historia.

La obra que interviene una terraza es "Tiempo perdido" (2015), que se conforma por una serie de piezas talladas a mano, son prismas cortados a la vena provenientes de la misma piedra y cada uno se encuentra dispuesto uno junto al otro de manera secuencial sobre el muro, el cual se ve interrumpido por una incrustación de resina translucida con ónix en cada una.

La segunda pieza es de piso, titulada "Laguna", con dos losas de la misma piedra y contiene un concepto diferente al anterior, sencillamente porque no están alineados uno sobre otro, sino que están como en una curva.

A su vez, Alejandra Labastida, curadora adjunta del MUAC, explicó que la otra muestra "Mladen Stilinovic. 1+2≡", reúne obra de la década de los setenta, de la producción temprana de Stilinovic hasta el 2000, y va a través de una variedad de formatos que él ha usado desde películas, libros de artistas, fotografía, collage y pintura.

"Un poco la idea es mostrar un poco de lo que Stilinovic, nacido en la antigua Yugoslavia, ahora República Serbia, ha trabajado a lo largo de su práctica; una gramática que le permite de alguna forma desmantelar las estructuras intrínsecas al poder y de alguna manera reconstruirlo", precisó la curadora.

Uno de los lemas de este artista es cómo manipular aquello que te manipula, y su acercamiento ha sido a través del lenguaje porque para él es una estructura con la que el poder domina al individuo y por lo tanto es una amenaza, no solamente política, sino a nivel cotidiano.

"Empezó en un contexto muy específico que es la ex Yugoslavia, y sus obra tempranas hacen referencia a ese tipo de ideología y estructura política, es decir, antes se burlaba de los slogans socialistas y ahora se burla de los mensajes del capitalismo", explicó Labastida.

Apuntó que la mayoría de las piezas son de pequeño formato, algunas son muy sencillas que se trataN de collage, de simples textos que usa él como "el ataque al sindicato, es el ataque al socialismo".

Respecto a la exposición "Retrato de un silencio fallido", el autor japonés Meiro Koizumi afirmó que en el arte y en general en la vida hay muchas formas de ver el mundo y de ver a los humanos, y si uno lo ve desde una perspectiva política, siempre hay esa clasificación de lo bueno y lo malo.

"Los dos videos abordan el fenómeno de los kamikaze que por mucho tiempo fue visto únicamente desde una perspectiva nacionalista y si uno ve este fenómeno del lado político, solo véalo desde la derecha o de la izquierda y es lo que se ha visto históricamente como se han acercado a este", explicó el artista japonés.

También mencionó que es un fenómeno muy complejo que tiene muchas aristas, niveles y capas que son súper complejas. "Lo que quiero mostrar es precisamente todas esas diferentes fases de complejidad de ese fenómeno", indicó.

La metodología de Koizumi en esta serie tiene dos niveles, el primero es una investigación de corte histórico-documental de donde surge la materia prima como cartas o entrevistas. El siguiente es una reflexión de segundo grado a través de ejercicios performáticos, a veces con actores y a veces con los mismos sobrevivientes, que se registran en video.

rqm

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