Las artes plásticas cubanas bullen también al son del deshielo con Estados Unidos, un escenario que ha colocado a la isla en el foco de las miradas de coleccionistas y expertos mundiales, y singularmente norteamericanos que aprovecharon la Bienal de La Habana para conocer el arte de la isla prohibida.

Más de 8 mil especialistas en arte han pasado por la capital cubana desde que se inauguró la Bienal el pasado 22 de mayo, de los que más de 3 mil son de EEUU, entre ellos directivos del Guggenheim de Nueva York o del MoMa.

"Hay una gran avidez por ver qué está pasando con la creación en Cuba, por generar proyectos, por hacer exposiciones y por adquirir obras", afirmó el director de la Bienal de La Habana, Jorge Fernández, sorprendido de la cifra récord de visitantes a esta XII edición de la bienal que culmina el próximo lunes, especialmente entre los estadounidenses.

Fernández, no obstante, reivindica el papel que el evento de la bienal ha tenido en anteriores ediciones para "tender puentes" a un lado y otro del estrecho de la Florida a través del arte, al unir artistas cubanos que trabajan dentro y fuera de la isla,

"El deshielo desde el arte se está produciendo ya desde antes, pero la coyuntura favorece. El 17-D, el anuncio de las conversaciones y algunas medidas prácticas como facilitar los viajes a Cuba (...) ha sido un paso de avance, que ha permitido no sólo que vengan artistas, sino que haya una participación del mundo especializado del arte", explicó.

El contexto político que se abre con Estados Unidos ha puesto Cuba de moda; las visitas turísticas se multiplican y la ansiedad por conocer la isla "antes de que cambie" también se ha contagiado en los círculos artísticos.

Fernández recuerda que Cuba, incluso antes del 17 de diciembre, ya generaba una atracción fuerte por su "singularidad histórica", algo que se ha intensificado y que está llevando a muchos coleccionistas o amantes del arte a querer hacerse con obras realizadas en la isla como una suerte de "arqueología del presente".

Es difícil conocer cifras porque en Cuba sólo existen unas pocas galerías de arte, todas controladas por el Estado, y muchas veces son los propios artistas los que venden su trabajo directamente; pero personas del círculo artístico consultadas admiten que durante la actual bienal se han producido ventas importantes.

"Es verdad que hay avidez, pero de ambas partes. De las personas por coleccionar y comparar arte cubano y del arte cubano por posicionarse, por comercializarse, por adentrarse de alguna manera en el mercado internacional ya con otros quilates", explicó Onedis Calvo, subdirectora del espacio artístico Factoría Habana.

Desde Factoría Habana, que acoge durante la bienal exposiciones de los artistas cubanos René Francisco, Roció García y Carlos Montes de Oca, se han visto un tanto abrumados por la cantidad y la cualidad del visitante que ha acudido a la bienal, gente que llegó "con muchas expectativas, pero sorprendida al constatar en vivo el nivel y la diversidad del arte cubano".

"Ha sido muy bueno que haya ocurrido todo esto en la bienal. Se han hecho intercambios financieros importantes y muchos artistas a partir de ese evento tendrán una nueva vida artística. Ha sido un salto muy positivo y va a ser trascendente", subrayó.

Para René Francisco, uno de los artistas cubanos contemporáneos con más proyección internacional, en la XII Bienal de La Habana, apodada por algunos como "la bienal del deshielo", se ha sentido "otra energía que antes no existía".

"Por primera vez, la escena internacional tiene la posibilidad de visitar La Habana y ver todas las tendencias artísticas, para todos los gustos y todas las iniciativas que se están desarrollando", señala el artista, quién cree que eso ayuda a romper prejuicios de algunos sectores que relacionaban el arte en Cuba con el realismo-socialista de la antigua URSS.

Según Francisco, esta bienal hay que entenderla como "una conversación que se ha abierto entre el arte cubano y el público internacional", sobre todo con EEUU, donde reside un coleccionista de arte especialmente interesado en la isla.

Sin embargo, admite que eso no es nuevo, ya que tradicionalmente, y paradójicamente, "ha sido el público norteamericano quien ha dado de comer al artista cubano", una relación que se remonta a principios de los años noventa, época en la que ya hubo intercambios culturales de calado con instituciones del país "enemigo".

"Pero ahora, el cambio se ha notado. Se habla de un 'boom' del arte cubano, que ya se había dicho antes, pero realmente no había sucedido. Creo que este es el momento en que hay un público grande en el mundo que está viendo realmente la fuerza y la calidad del arte cubano", precisó.

rqm

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