Guanajuato.- Lorena, una niña que cursa el primer de secundaria, comenzó a reír cuando Ana se enfrentó ante la rebelión de su sombra. No sabía lo que era la ópera, en la escuela le explicaron que era teatro cantado, nada más. ¿Y cómo es el teatro cantado?

Lo descubrió en el Auditorio de Minas de la ciudad de Guanajuato al asistir al estreno mundial de la ópera "Ana y su sombra" de la compositora mexicana Gabriela Ortiz y libreto de Mónica Sánchez, con solistas del Estudio Ópera de Bellas Artes.

La primera función del montaje dirigido escénicamente por Luis Martín Solís y musicalmente por Rogelio Riojas, con Inner Pulse Ensamble, se estrenó ayer en la 43 edición del Festival Internacional Cervantino y tuvo como invitados especiales a alumnos de primaria y secundaria, así como de comunidades marginadas del municipio de Irapuato.

La recepción del público fue positiva. La ópera que aborda la historia de una niña mexicana que anhela volver a su país y la relación con su sombra que desea continuar viviendo en Estados Unidos.

Los niños se mantuvieron atentos a la producción y al canto de Angélica Alejandre (Ana), Oralia Castro (Sombra), Juan Enrique Guzmán (Pete), Rosario Aguilar (Yeya), Héctor Valle (Roble y Asombro) y de los actores JéssIka Gámez, Sergio D. Soma y Miroslava Figueroa.

Sin embargo, la producción padeció aspectos que impactaron en la calidad del montaje. El descuido de la escenografía, por ejemplo, puso al descubierto del espectador los secretos de la magia escénica especialmente en los momentos de lucimiento de las sombras, los actores estaban a la vista al crear las figuras. Un montaje con un bordado grueso, expuesto, sin sutilezas.

Si bien es una ópera interpretada en español y que tradicionalmente la ópera no contaba con supertitulaje hasta hace poco más de 20 años, el estreno de una ópera para niños parecería adecuado para la inversión de pantallas que permitiera al público comprender lo que se cantaba, pero no fue así.

La participación de Angélica Alejandre fue notable, así como la de Oralia Castro, sin llegar a la excelencia que se espera de cantantes becados en un taller de ópera de alto nivel. Y resalta, ante todo, el sello personal de la obra de la compositora que fiel a su estética, puso al servicio de la voz humana una partitura fresca, festiva y dramática.

Al final de la función, el director del FIC, Jorge Volpi, subió al escenario junto con todo el elenco y equipo creativo para detallar al público lo que acababa de presenciar: una ópera que fue originalmente comisionada por la Universidad de Indiana y de la Organización Roundabout Opera for kids, presentada en aulas de treinta escuelas estadounidenses.

"Ana y su sombra" tendrá hoy viernes 8 de octubre su segunda y última función en el Auditorio de Minas a las 17:00 horas.

Lorena, la niña de secundaria, quedó complacida. Lo mejor, dijo, la música. "Era muy bonita, me gustó mucho".

jlc

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