"Una tarjeta impresa significa que se es demasiado indolente para escribirle de puño y letra a la mujer que ha hecho por uno más que nadie en el mundo". Con esta tajante afirmación resumió Anna Jarvis el sentido comercial que había adquirido la celebración del Día de la Madre, años después de que ella y su hermana, Ellsinore, lucharan por establecerlo como fecha importante en Estados Unidos.

Jarvin -activista social- no hizo sino continuar con la labor de su mamá, que había fundado en varias ciudades de Estados Unidos un día para conmemorar el esfuerzo de las madres trabajadoras, intentando mejorar las condiciones de salud y de sanidad en el trabajo de las mujeres.

En 1907, dos años después de que su madre falleciera, Jarvis quiso conmemorarla y organizó un día especial dedicado a ella. Desde entonces inició una activa campaña que se extendió por todo su país hasta que, siete años después, el entonces presidente Woodrow Wilson recogió la iniciativa y la promovió para volver la conmemoración un día de fiesta para las madres.

Los festejos en honor a las madres tiene orígenes desde la antigua Grecia, donde se adoraba a Rea, progenitora de los dioses Zeus, Poseidón y Hades. Los romanos replicaron el festejo hacia Hilaria, con tres días de ofrendas en el Templo de Cibeles. También en las culturas prehispánicas ya se honraba la maternidad y a las las diosas que la ejercían, como Coatlicue, Cihuacóatl.

Un llamado por la paz

Anna Jarvis era amiga de Julia Ward Howe, que en 1870 ya había escrito la "Proclamación del Día de la Madre", un apasionado llamado a la paz y el desarme. Por esos mismos años se realizaron varios festejos, que también marcaron un precedente en esta celebración.

En la actualidad varios países tienen su propio Día de la Madre, entre ellos: Noruega, Serbia, China, Canadá, Turquía, Bolivia, Tailandia, Rusia, Panamá, Argentina, Nicaragua y otros.

sc

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