Tarde pero sin sueño llegan a la revista de la UNAM 

El nuevo número de la Revista de la Universidad de México se presentó como el de transición y como el inicio de una nueva metamorfosis. Muy bien, pero había altas expectativas sobre el rumbo que tomaría la publicación y, si se lee con cuidado, se presentó una edición que refleja un gran hoyo negro en esa redacción. Y es que su nueva directora, Guadalupe Nettel, llegó a su oficina a mediados de marzo, es decir, tres semanas después de que se anunciara su cargo y a sólo unos días del cierre. ¿Será esa la razón por la que no se rindió un merecido homenaje a Teresa del Conde, figura fundamental de la UNAM? Por supuesto que aparece un importante texto sobre la doctora fallecida el 16 de febrero, pero ¿no hubo tiempo para más? En fin, que Nettel ya ha cambiado a parte del equipo y en pasillos se espera que los espacios sean ocupados por universitarios, por personas que conozcan a la UNAM. Ya veremos si para la edición de mayo se nota la mano de la escritora, quien, según, se enfocará en los jóvenes.

Pendientes, también en el MUAC

Por si fuera poco, se le vienen a Difusión Cultural de la UNAM unas semanas difíciles ante la exhibición, desde el 27 de abril, de la obra de Jill Magid en México, muestra que estará justo a unos pasos de la oficina de Jorge Volpi, en el Museo de Arte Contemporáneo, MUAC. Y es que, nos cuentan, a las inquietudes de arquitectos, críticos y curadores acerca de la exhibición de The Proposal, para la cual Magid transformó parte de las cenizas del arquitecto Luis Barragán en un diamante, se suman las de familiares del arquitecto que se sorprenden porque un museo público exponga a Barragán “a la mirada morbosa” del público. Por lo pronto, críticos del proyecto formularon propuestas para que haya un verdadero debate y un espacio crítico dentro de la exposición que informe al público de las contradicciones en la documentación de la exposición de Jill Magid.

“Atentos” a construcción del Metrobús en Reforma

Una ola de comentarios y críticas de ciudadanos nos cuentan que ha levantado una fotografía que muestra las obras que actualmente se realizan sobre avenida Reforma para adaptar el carril por donde pasará la nueva línea del Metrobus. Esa foto, compartida por un usuario en los foros de denuncia sobre destrucción del patrimonio que hay en Facebook, ha sumado varios comentarios sobre la poca conciencia de conservación del patrimonio urbano que, dicen, están teniendo las autoridades capitalinas al alterar esa avenida histórica. Algunos se preguntan por qué el INAH autorizó el proyecto y cuáles han sido sus indicaciones, otros señalan que están “arrancando” árboles, estatuas y jarrones para colocar las estaciones, aunque no muestran evidencias; otros están preocupados por la forma en que van a restaurar las esculturas y piezas históricas, pues temen que el proyecto de intervención quede en manos de gente con poca experiencia y terminen peor. Según el INAH, han estado muy al pendiente de las obras y a los encargados de la obra se les pidió que las estaciones se coloquen en áreas que no afecten las piezas y que no utilicen maquinaria pesada para levantar el asfalto, pues las vibraciones pueden afectar los monumentos.

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