Tavira y Olmos de Ita andan del chongo

Luis de Tavira, director de la Compañía Nacional de Teatro, y el dramaturgo Enrique Olmos de Ita, sostuvieron, hace unos días durante una muestra de teatro en Tepic, una acaloradísima discusión en un restaurante. El maestro alzó la voz, enfureció y se quejó de tener detractores a quienes llamó “pandilla de negociantes”. Todo quedó registrado en la crónica que Olmos publicó en la página teatromexicano. El joven dramaturgo cuestionó los años que lleva el director al frente de la compañía, que los actores sean becarios del FONCA, por qué no tienen interés en los que hacen teatro para niños y jóvenes, por qué la CNT lo maneja como un proyecto artístico personal y no lo que es, una compañía nacional, del país. En la narración de Olmos de Ita, nos enteramos que el maestro enfurece ante la crítica al grado de perder el control y exaltarse hasta el temblor de las manos. El texto corre como pólvora en las redes sociales de esos que De Tavira llamó miembros de la “camarilla”.

Los desastres de Carmen

En unas semanas se estrenará una nueva producción de Carmen en el Palacio de Bellas Artes, bajo la dirección escénica de Iona Weissberg, directora de teatro y maestra en la UNAM. Hasta aquí todo suena muy bien, pero nos dicen que no, que nada está bien. Que su dirección está siendo un “desastre”. Parte del elenco se ha quejado de la poca capacidad de la Weissberg para estar al frente de una ópera porque, aseguran, exige un alto conocimiento del género. Total que nos comentan que esta producción que estará ambientada en la Sevilla del siglo XIX está al borde del precipicio. Además, la propia directora está angustiada porque le han dado pocas semanas de ensayo, un tercio de lo que está acostumbrada en el teatro. A ver cómo resultan las cosas. Ojalá que en los siguientes días alguien salve a ese barco.

Sigue el temor de los trabajadores del INAH

Con los hashtags #PorUnaLeydeCulturaIncluyente, #RespetoalasfuncionesdelINAH, #RespetoalpresupuestodelINAH, #SOYINAH, académicos e investigadores de la dependencia han emprendido una campaña en redes sociales para difundir su labor de protección, investigación y conservación del patrimonio cultural y, sobre todo, defender las atribuciones del instituto. Su mayor temor, nos cuentan, es que la recién creada Secretaría de Cultura, “le dé el tiro de gracia al instituto”, que asuma sus responsabilidades y recorte mucho más el presupuesto, que ya de por si es ínfimo para los trabajos de un organismo con tales facultades. “Yo llevo proyectos que tenía recursos programados desde marzo y no han recibido un sólo peso”, reclama uno de ellos en su muro de Facebook al tiempo que insta a sus colegas a no quedarse callados.

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