La emblemática estatua del Manneken Pis, la fuente que representa a un niño orinando y que es uno de los símbolos de Bruselas, se vistió hoy con el traje de charro mexicano para conmemorar el 206 aniversario de la independencia del país norteamericano.

A la ceremonia en este céntrico punto de la capital belga acudieron, entre otros, el embajador mexicano ante Bélgica, Luxemburgo y la Unión Europea, Eloy Cantú Segovia.

La Orden de los Amigos del Manneken Pis fue la encargada de vestir la simbólica estatua con las ropas tradicionales de la nación homenajeada.

Eloy Cantú Segovia expresó su emoción al ver la estatua bruselense con estas vestimentas típicas y destacó que esa cortesía refleja "las buenas relaciones entre los dos países", indicó en un comunicado la Embajada mexicana.


Bélgica acostumbra a vestir a su estatua más célebre con ropajes diversos, que van desde el conde Drácula hasta de miembro de la "diablada" boliviana.

En la tarde, el embajador Cantú Segovia, presidió ante una amplia concurrencia la ceremonia de El Grito de Independencia en una recepción celebrada en los Museos Reales de Arte e Historia, donde los asistentes pudieron además visitar la exposición de arte prehispánico que se exhibe permanentemente en ese centro.

Durante la ceremonia cívica, en la que acompañaron al embajador su esposa, Sara Perez de Salazar de Cantú, y el agregado militar en Bélgica, coronel Alberto Guerrero, sonó el himno nacional mexicano entonado por la comunidad mexicana presente en este evento.

El público presente estuvo conformado por funcionarios diplomáticos y de las instituciones de la Unión Europea y Bélgica, así como miembros de la comunidad mexicana residente en Bélgica.

Tras la ceremonia de El Grito, los asistentes pudieron degustar una amplia muestra de platillos y bebidas representativas y disfrutar de música mexicana a cargo del Mariachi del Mundo, integrado por jóvenes músicos mexicanos residentes en Bélgica.

sc

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