Las noches de Ramadán no son sólo para comer, beber y recuperar las energías después del largo ayuno, sino para disfrutar hasta el amanecer de una intensa agenda cultural, que en El Cairo cada vez incluye más opciones alternativas sin olvidar la tradición.

Al caer el sol, los cairotas pueden elegir entre una amplia oferta para romper el ayuno diurno del mes sagrado musulmán, en uno de los restaurantes más chic de la ciudad o en un "iftar" (desayuno) solidario para promover los productos locales.

Este año, en el que Ramadán coincide con el verano, son muchas las terrazas donde se puede disfrutar del tradicional "iftar", que suele consistir en un abundante bufé de comida egipcia, aunque ya muchos locales se atreven con menús internacionales y especiales.

El restaurante "The Tipsy Teapot", en el barrio residencial de Maadi, en el sur de El Cairo, ofrece el "iftar" en su jardín y cada semana varía desde la comida asiática o italiana, hasta la opción vegana.

"Queremos ofrecer una plataforma a los pequeños restaurantes o cocineros para que puedan darse a conocer", explicó Seandré Vetter, una de los tres socios de The Tipsy Teapot, que a su vez busca atraer a más clientes con unas noches de Ramadán diferentes.

Después de desayunar y de una sobremesa con té, café y muy probablemente una "shisha" (pipa de agua), la vida cultural empieza a partir de las 21.00 horas, con espectáculos para todos los gustos y todos los bolsillos, que se abren a la escena musical alternativa.

Una importante cita con la música "underground" árabe es el festival Hayy, que este año ha cambiado de escenario y se celebra en el campus de la Universidad Americana en El Cairo, en el centro de la ciudad.

El estudiante Ahmed Sherif dijo aque el nuevo emplazamiento es más animado que el de años anteriores, cuando el público era invitado a sentarse en el anfiteatro del parque de Al Azhar.

"Me ha gustado mucho el ambiente y la música, y tengo intención de volver", manifestó Sherif al término del concierto de la cantante egipcia Maryam Saleh, que fundió su potente voz y letras con los ritmos electrónicos del libanés Zeid Hamdan.

Mientras, los espacios culturales que todo el año ofrecen entretenimiento en la capital egipcia, como el centro para la Cultura y el Arte Makan, en Ramadán multiplican su oferta, con música y poesía mística para un mes que posee también un componente espiritual.

Los centros más alternativos han aportado variedad y diversidad a la oferta cultural de Ramadán, explicó aRouan al Shimy, periodista egipcia experta en Cultura.

"En los últimos años, los nuevos espacios culturales han añadido actividades a las típicas de Ramadán, ofreciendo espectáculos más allá de los folclóricos, y también la Ópera y las instituciones se han interesado por artistas alternativos", agregó.

Las actividades tradicionales se concentran en el histórico barrio islámico de El Cairo, donde los viejos palacios y casas otomanas hospedan casi a diario conciertos, danzas sufíes y teatros de marionetas, generalmente de forma gratuita.

Por su parte, la Ópera de El Cairo ofrece los conciertos de los artistas más reconocidos, desde el director Omar Jairat, hasta los ritmos del jazz árabe de Fathy Salama o la dulce voz de Dina al Wedidi.

"Este año la oferta es más amplia que el anterior", aseguró a Efe el portavoz del Ministerio de Cultura, Mohamed al Sayed, aunque las actividades públicas fueron suspendidas durante varios días debido al asesinato del fiscal general egipcio, Hisham Barakat, en un atentado con coche bomba el pasado 29 de junio.

Además, cada vez son más los locales que deciden fundir cultura y ocio, como el espacio "The District".

En la azotea del edificio de oficinas, los cairotas pueden disfrutar de la brisa y de la música, mientras toman una hamburguesa, zumos de fruta fresca, té y shisha, hasta la salida del sol, en que comienza un nuevo día de ayuno y privaciones.

rqm

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