El Instituto Cervantes prevé que el número de aspirantes al diploma de español DELE -el título oficial que concede la institución- crezca de manera sustancial con las nuevas leyes de nacionalidad para sefardíes y para extranjeros residentes en España.

Así lo señaló hoy el secretario general del Cervantes, Rafael Rodríguez-Ponga, en la clausura del curso de verano "Nuevas exigencias en el ámbito del aprendizaje, la enseñanza y la gestión educativa de lenguas extranjeras", celebrado en El Escorial (Madrid).

Como recordó el Instituto Cervantes en una nota de prensa, esta previsión se debe a que el próximo mes de octubre entrarán en vigor estas dos leyes que encomiendan al Instituto Cervantes "nuevas funciones" y le otorgan "un reconocimiento como nunca había tenido antes, desde la ley fundacional de 1991", dijo Rodríguez-Ponga.

Así, los aspirantes a obtener la nacionalidad española, tanto sefardíes como extranjeros residentes en España, deberán obtener el diploma de español DELE, en un nivel A2 o superior, que certifique su nivel de español.

También deberán superar otra prueba que demuestre "sus conocimientos de la Constitución y de la realidad sociocultural de España", que diseñará y realizará el Instituto Cervantes.

Para Rafael Rodríguez-Ponga, según afirmó durante la clausura del curso, estas nuevas normas "convertirán" al Instituto Cervantes en "pieza fundamental de un procedimiento administrativo con consecuencias jurídicas para cientos de miles de personas".

Y, por extensión, "beneficiarán" también a múltiples entidades privadas relacionadas con la enseñanza de español para extranjeros: editoriales, profesores, universidades y otros centros docentes.

"A todos ellos -afirmó- se les abren nuevas oportunidades, lo que demuestra la conveniencia de que los sectores público y privado sigan colaborando".

sc

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