Una iglesia convertida en algo más: Un cuarto amplio, ¿como el que se imaginaba Virginia Woolf? Cúpulas altas, sonidos, que por sí solos parecen cánticos eclesiásticos, pero también lamentos y que, cuando se les escucha en conjunto con un video, resultan ser sonidos típicos de la ciudad que hablan del drama de lo cotidiano. Ladridos de perros en una azotea, afiladores de cuchillos, el ruido ya conocido de “se compran colcoches...” Artistas callejeros, demostraciones de vendedores en el Metro y el sonido del hielo raspando como si se acercara un vagón.

Todas estas imágenes evocan los sonidos que se perciben al entrar a la muestra A room of one´s own. Fragilidades sobre el exterior, que se presenta en el Laboratorio de Arte Alameda. Bajo la curaduría de José Luis Barrios y a través de video-instalaciones muestra la perspectiva de tres artistas británicas que han trabajado y radicado en nuestro país y ahora exhiben sus piezas en el marco del Año Dual México-Reino Unido.

José Luis Barrios asegura que la exhibición se sitúa dentro de “las condiciones del discurso contemporáneo, en el contexto de la globalización, donde las migraciones son un asunto necesario a considerar en el arte, en el que utilizar el encuentro, el espacio de dos países y de dos políticas culturales es fundamental”.

Mujeres en intimidad. Jaki Irvine, Katri Walker y Melanie Smith presentan sus preocupaciones y aquello que les llama la atención de México.

Para Irvine, quien explora los sonidos de la ciudad de México “escucharlos fue en realidad parte del trabajo. Caminando en la calle se te meten en la cabeza, porque tienen su propio ritmo y su propia melodía. La gente en la calle gritando ‘gas’ o ‘agua’ suenan como un coro. Al principio estaba nerviosa de estas cosas y ahora encuentro la belleza en ellas. Es un privilegio poder notarlo. La gente trabaja muy duro y me hizo pensar en las condiciones en las cuales lo hacen”.

Por su parte, en un cuarto alfombrado, Katri Walker muestra la delicadeza del movimiento de pies de un torero. El contraste de algo considerado sólo para hombres con la delicadeza de la manufactura de un traje taurino. Y así, desvela una parte femenina en balance con una masculina, pocas veces explorada.

Melanie Smith presenta resonancias históricas plasmadas en los templos. Un órgano sonando. Un cielo estrellado y el sonido de la noche, ese que dejó de pertenecerle a la ciudad hace tiempo.

La muestra, que se exhibirá hasta el 16 de septiembre, fue realizada con el apoyo del British Council México y Fundación Telefónica.

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