Con ayuda de equipo especializado en ondas electromagnéticas, físicos de la UNAM han podido conocer detalles de murales mexicanos, como los materiales y las técnicas que emplearon sus creadores, sin generarles ningún daño.

Para realizar este análisis emplean diferentes tipos de luz como el infrarrojo, la luz visible, el ultravioleta y los rayos X, explicó el doctor José Luis Ruvalcaba Sil, investigador del Instituto de Física de la UNAM y coordinador del Laboratorio Nacional de Ciencias para la Investigación y la Conservación del Patrimonio Cultural.

Para estudiar las obras pictóricas, los investigadores se trasladan al lugar donde se encuentra la pieza y con ayuda de equipos portátiles como los sistemas de fluorescencia de rayos X y los espectrómetros hacen incidir diferentes ondas de luz sobre la obra. De esta forma, los físicos estudian el patrimonio cultural sin necesidad de destruirlo o fragmentarlo.

“Quizás la técnica más versátil con que contamos es la fluorescencia de rayos X, que consiste en incidir este tipo de energía en la superficie del objeto para producir una emisión de rayos X característicos de los elementos químicos que componen un material. Así podemos identificar los elementos que están presentes y su concentración”.

Además cuentan con otros equipos que permiten ampliar la información sobre la composición de los murales y sus materiales.

Murales en la historia de México

Estas obras, mezcla de arquitectura y pintura, son un ejemplo perfecto de la unión entre ciencia y arte, pues además de conocimientos en geometría y perspectiva, los artistas de la pintura mural tenían un fuerte conocimiento sobre materiales y sus propiedades, lo que ha hecho posible la permanencia de su arte a través del tiempo.

En México, encontramos pintura mural desde la época prehispánica donde mayas, teotihuacanos y totonacos fueron algunas de las civilizaciones que desplegaron su talento en basamentos piramidales, tableros, pórticos y corredores.

El doctor Ruvalcaba Sil y sus colaboradores han estudiado murales coloniales del siglo XVI y XVII de la zona de Ixmiquilpan, Actopan y Epazoyucan, en el estado de Hidalgo.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia / UNAM


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