Una mala alimentación puede ocasionar reducción de la capacidad de atención y aprendizaje, así como obesidad y sobrepeso, entre otras consecuencias, alertó la consultora en nutrición y salud integral, Rocío Río de la Loza.

La especialista indicó en un comunicado que una dieta pobre provoca cambios en el estado emocional, en la forma de comunicarse e interactuar con los demás, por lo que es necesario realizar cambios e incorporar hábitos saludables.

Ante esta situación, la experta en nutrición recomendó consumir dos porciones de verduras de hoja verde todos los días, como la acelga, la col rizada, berza, repollo, apio, lechuga, hierbas aromáticas, las espinacas y alcachofas.

Además, ingerir ácidos grasos Omega 3 como las sardinas, atún, salmón, caballa, arenque, algas marinas, nueces de Castilla, chía y semillas de linaza.

Río de la Loza resaltó que es muy importante comer alimentos ricos en vitamina E como: las almendras, avellanas, semillas de girasol, calabaza y sésamo, papas, calabaza, papaya, aceitunas, aguacate, hojas de mostaza, y chabacanos.

A su vez, las personas deben alimentarse con productos que contengan vitamina B e ingerir frutas con un alto contenido de antioxidantes como la sandía y las moras.

La nutrióloga agregó que a pesar de tener una dieta saludable, se debe beber entre dos o tres litros de agua, realizar ejercicio tres veces por semana durante 40 minutos y cuidar las horas de sueño.

La experta en nutrición destacó que es importante desafiar al cerebro con diversos ejercicios como el armar un rompecabezas, memorizar la letra de una canción o hacer uso de la visión periférica.

kal

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