Dos bioquímicas, la francesa Emmanuelle Charpentier y la estadounidense Jennifer Doudna, fueron galardonadas ayer con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2015, por desarrollar una tecnología que permite editar genomas de manera sencilla y precisa, así como manipular el ADN de plantas, animales y humanos.

Charpentier, de 47 años, y Doudna, de 51, son pioneras en aplicar la técnica denominada CRISPR-Cas9 que actúa como una tijera molecular para cortar y sustituir con gran precisión letras de ADN.

Esta tecnología, considerada como uno de los hallazgos biotecnológicos más importantes del siglo, supone un gran avance en terapias genéticas y tratamientos médicos. Ha sido aplicada para alterar células cancerosas para que sean más sensibles a la quimioterapia, cortar el VIH o crear trigo resistente a enfermedades.

La candidatura de estas dos investigadoras, que fue propuesta por el presidente del Comité Científico para la Investigación en la Antártida, Jerónimo López Martínez, se impuso con claridad a las otras 38 restantes y salió adelante por unanimidad.

Charpentier, bioquímica y microbióloga especializada en virus, es una de las investigadoras más innovadoras en el ámbito de la terapia genética. En 2002 estableció su propio grupo de trabajo, por lo que ha estado vinculada con distintas universidades de Austria y Alemania. Jennifer Doudna, doctorada en Química Biológica y Farmacología Molecular en Harvard, es profesora en la Universidad de California en Berkeley, donde también dirige la División de Bioquímica, Biofísica y Biología Estructural.

Desde EU Jennifer Doudna dijo que “este premio subraya la importancia de la ciencia en la sociedad y para ayudar a mejorar la condición humana. Ojalá inspire el trabajo de la siguiente generación de científicos”.

Este premio ha sido el cuarto en fallarse de los ocho que convoca anualmente la Fundación Princesa de Asturias.

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