Los cantos de las aves pueden ser largos y complejos, por ello resultan fascinantes para la ciencia.

El doctor Constantino Macías, director del Instituto de Ecología de la UNAM y especialista en conducta animal, explica que dentro de las aves cantoras existen dos grupos.

“Las que no aprenden el canto; tienen uno relativamente simple y lo reproducen igual toda su vida. A este grupo pertenecen los mosqueros o papamoscas. En cambio, hay otras que pueden aprenderlo al estar en contacto con otros de su especie.”

Así algunos pájaros aprenden nuevas sílabas y notas que introducen para variar su canto, como los jilgueros, los tordos y los gorriones.

Hay aves que aprenden nuevas sílabas, es decir, vocalizaciones que duran entre 100 y 250 milisegundos y que unidas forman una canción. “Puede haber cantos formados por unas 15 sílabas y las aves van modificando su orden para componer una canción diferente cada día”.

Las complicadas melodías que ejecutan las aves son una muestra de su capacidad de aprendizaje, agrega el doctor Macías.

Hacen duetos

Dentro del grupo de las que aprenden el canto, hay especies en ecosistemas tropicales que incluso hacen duetos con su pareja. Algunas cantan sincronizadas, es decir, las mismas notas y sílabas al mismo tiempo, y en otros casos cada integrante emite unas notas y las va intercalando con la pareja. Los científicos tienen interés en comprender las reglas con las que las aves componen esos cantos.

Para explorar la función de la comunicación acústica entre estos animales, los investigadores graban las distintas melodías de aves con un aparato sensible que permite reproducir un sonido fiel. La grabación se reproduce en diferentes contextos para evaluar cómo cambia la respuesta de los pájaros.

El investigador comenta que las funciones principales del canto es defender el territorio y atraer pareja. Si un macho canta muy bien y por mucho tiempo, le expresa a la hembra que es un individuo de muy buena condición física. Y aún en las especies en las que la hembra no canta, ella tiene que aprender el canto para poder distinguir entre uno bueno y uno malo y así elegir a su compañero

En el transcurso de sus investigaciones, el doctor Constantino Macías ha identificado también ajustes en las melodías de algunas especies, por ejemplo el pinzón mexicano modifica las silabas que utiliza en función del ruido de fondo.

Por su parte, el mosquero cardenal ajusta la frecuencia de graves cuando vive en lugares ruidosos.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

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