El director de Operaciones de la Agencia Espacial Europea (ESA), Rolf Densing, dijo hoy que "la basura espacial es un asunto global y que por ello debería ser de interés global mantener nuestras órbitas limpias para los satélites operacionales" y para misiones futuras.

Pero esto no es obligatorio desde el punto de vista legal a nivel internacional y por ello se intenta que las legislaciones nacionales cumplan las recomendaciones sobre retirada de satélites.

Densing hizo estas declaraciones en la rueda de prensa en la que la ESA presentó las conclusiones de su séptima conferencia sobre basura espacial, que aumenta de manera preocupante y supone un grave peligro para los satélites operacionales.

Grandes compañías como Google y Oneweb quieren lanzar gran cantidad de satélites pequeños al espacio, a órbitas bajas, que pueden poner en peligro las misiones de satélites grandes muy caros de las agencias espaciales.

Oneweb es una gran constelación de satélites para proporcionar un servicio de internet de banda ancha a nivel global y que podría poner en órbita unos 700 satélites en los próximos años, comenzando a lanzarlos a partir de 2018.

El director general de la ESA, Jan Wörner, dijo en el centro de control de operaciones de la agencia en Darmstadt (Alemania) que "necesitamos una aspiradora" y que la basura espacial es responsabilidad de todos.

La basura espacial se encuentra en órbitas terrestres bajas a hasta unos 2 mil kilómetros sobre la Tierra y en órbitas geoestacionarias a unos 36 mil kilómetros por encima del Ecuador de la Tierra.

"Necesitamos una solución global coordinada para lo que es, después de todo, un problema global que afecta a satélites críticos que nos proporcionan servicios a todos", dijo la ministra alemana de Economía, la socialdemócrata Brigitte Zypries.

Los expertos coinciden en que es necesario hacer algo y lo antes posible.

Actualmente se siguen 20 mil objetos mayores de 10 cm pero no se tiene información detallada de los más pequeños y no hay ningún satélite limpiando esa basura, aunque sí existe una iniciativa de la ESA para un espacio limpio.
"Tenemos que ir al espacio para medir las partículas pequeñas de milímetros", según Schildknecht

Existen en el espacio 166 millones de partículas de basura espacial de más de 1 milímetro y 750 mil partículas de más de 1 centímetro, según cifras presentadas en la conferencia.

Los objetos de entre 5 y 10 cm se encuentran en órbitas bajas y los objetos mayores que estos y hasta de un metro están en las geoestacionarias.

La ESA quiere lanzar en 2023 su primera misión para retirar un gran objeto suyo de su actual órbita y llevar a cabo una entrada controlada en la atmósfera: se trata de una misión para demostrar tecnologías cuyo objetivo final sería el Envisat.

El satélite de observación terrestre Envisat de la ESA fue lanzado en marzo de 2002 y estuvo operativo hasta abril de 2012 en una órbita a unos 800 kilómetros.

El Envisat es uno de los mayores objetos de basura espacial y es adecuado bajarlo pero eso supondría unos costes de unos 100 millones de euros (107 millones de dólares), según dijo en la conferencia Wörner.

Densing dijo a Efe que el Envisat es muy peligroso porque es muy grande, por lo que su retirada implica riesgos y es un desafío tecnológico.

Descartó que vaya a caerse y consideró que el riesgo de colisión es muy pequeño porque está en una órbita poco poblada.

Desde 1957 unos 5 mil 250 lanzamientos han generado 23 mil objetos observados, de los que sólo mil 200 son satélites operacionales y el resto es basura espacial, según cifras presentadas por el astrofísico de la NASA retirado Donald Kessler.

Una velocidad orbital media de 56 mil kilómetros por hora significa que partículas de un tamaño de centímetros pueden dañar seriamente los satélites operacionales y una colisión con objetos mayores de 10 cm puede ocasionar desintegraciones catastróficas, que generarán más basura espacial y causarán más colisiones.

Este escenario se conoce como "Síndrome Kessler" porque Donald Kessler lo postuló por primera vez en 1978, algo que ocurre actualmente.

Ahora los satélites deben demostrar que después de 25 años de servicios van a entrar en la atmósfera y caer en la Tierra o ir a una órbita de menos tráfico, dijo a Efe el director del departamento de ingeniería de sistemas de tierra de ESA, Juan Miró.

Con la llegada de las nuevas compañías privadas se van a crear megaconstelaciones de satélites, que podrían hacer que esos 25 años sean insuficientes y haya que retirarlos antes.

Miró dijo que hoy en día el 40 % de los satélites no cumple las recomendaciones de retirada desde su fabricación.

jpe

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