Los astronautas de la Agencia Espacial Europea (ESA) Pedro Duque y Matthias Maurer han finalizado el curso de geología que los preparará para colaborar de forma eficaz con científicos e ingenieros planetarios en el diseño de las futuras misiones de exploración.

La tercera y última sesión del curso se ha dedicado a identificar hábitats en rocas que podrían haber albergado vida.

En el Centro de Astrobiología del Reino Unido, ubicado en la Universidad de Edimburgo, los astronautas han aprendido con el astrobiólogo Charles Cockell a buscar signos de vida anterior, así como técnicas de laboratorio para manipular muestras.

Durante el curso analizaron bacterias que habían regresado a la Tierra tras pasar seis meses en la Estación Espacial Internacional, expuestas al vacío del espacio en la instalación Expose de la ESA: muestras que nos permiten comprender mejor cómo la radiación espacial influye en la vida y la química orgánica.

La diseñadora del curso Pangaea de la ESA, Loredana Bessone explica que “cuando astronautas y robots exploran planetas de nuestro Sistema Solar, actúan como los ojos y las manos de los científicos en la Tierra”.

“Prepararse para las excursiones planetarias implica comprender qué técnicas serán las más adecuadas para preservar las muestras en perfecto estado para su análisis”. Y es que, una vez que las muestras están de vuelta en la Tierra, no es posible corregir los errores cometidos en el espacio.

“Lo mejor es aprender aquí en la Tierra, aplicar nuevos métodos de prevención y solventar los problemas en el diseño de los equipos y los procedimientos operativos”.

Por las colinas de Holyrood Park

Además, Pedro y Matthias realizaron una excursión a Holyrood Park con la idea de aplicar sus conocimientos y buscar lugares que podrían esconder vida dentro de hábitats rocosos protegidos. Allí aplicaron sus técnicas de toma de muestras, siguiendo las directrices de protección planetaria para minimizar las probabilidades de contaminación.

Como explica Matthias: “La exploración exige un estricto protocolo para identificar, tomar muestras y transportar los ejemplares de rocas. Los astronautas tenemos que aprender a no contaminar las muestras con microbios humanos y a desarrollar las habilidades para hacerlo de forma eficiente cuando llevamos voluminosos trajes espaciales y guantes pesados”.

“También hemos discutido cuáles son las herramientas que podrían ayudar a los astronautas a detectar signos de vida, ya que no siempre tendremos a un astrobiólogo a nuestro lado”.

Pedro añade: “Como hemos visto en Edimburgo, es muy complicado tomar muestras sin contaminarlas. Y, cuando estudiemos otros planetas, los trajes espaciales harán que todo sea aún más difícil, así que es fundamental aprender cómo hacerlo y qué ayudas necesitaremos”.

Charles concluye: “La astrobiología es un campo interdisciplinar en el que biólogos y geólogos deben trabajar codo con codo. Estamos muy contentos de poder compartir nuestra experiencia para mejorar la planificación de las futuras misiones planetarias”.

jpe

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