Investigadores de la campaña Océanos que Funden Groenlandia (OMG por sus siglas en inglés) revelaron la vulnerabilidad que presenta esta isla y sus glaciares por las corrientes que circulan por debajo y que cada vez son más cálidas.

De acuerdo con información del portal de Cambio Climático de la NASA, a menos de un año del primer vuelo de investigación, se ha descubierto con más detalle cómo las aguas de deshielo y el océano interactúan en la costa oeste de Groenlandia.

La iniciativa apoyada por el Laboratorio de Propulsión de Chorro de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA por sus siglas en inglés) descubrió que en efecto el deshielo se da con mayor velocidad en aguas más profundas.

Para entender este efecto, OMG recordó que el agua que circula alrededor de la capa de hielo de Groenlandia “es como un río de agua dulce flotando sobre un cálido océano salado”.

Como resultado de ello la primera capa superior de 200 metros es más fría y proviene del Ártico, mientras que debajo de esta capa existe agua salada de mar y que es de 3 a 4 grados Celsius más cálida.

Dichas capas no se mezclan mucho porque el agua dulce pesa menos de agua salada, por ello se mantiene a flote rodeando la costa congelada del glaciar.

Los nuevos descubrimientos revelan que si un glaciar llega al mar, donde el fondo es poco profundo, el hielo interactúa con el agua dulce fría que lo rodea, lo que ayuda a que se derrita lentamente.

Sin embargo, si el fondo marino frente a un glaciar es profundo, el hielo se derrama en la capa superficial del agua salada caliente, haciendo que el hielo del glaciar se derrita con mayor rapidez desde abajo.

Al respecto, el investigador Ian Fenty, del laboratorio de Propulsión a chorro de la NASA, en Pasadena, y coautor de la investigación expuso que por primera vez se ha descubierto evidencia de aguas de deshielo refrigerado en los fiordos de 160 kilómetros, aguas debajo de la fuente.

Esto demuestra que el agua de fusión puede desempeñar un papel importante en la determinación de la cantidad de calor del océano y que llegan a los glaciares de Groenlandia.

Gracias a ello, el investigador principal del proyecto, Josh Willis, aseguró que ahora es posible llegar a la conclusión de que de los glaciares que rodean Groenlandia el de Upernavik es vulnerable al calentamiento del océano, mientras que el de Cornell lo es menos.

jpe

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