La civilización Maya sufrió dos colapsos con 700 años de intervalo que presentaron características muy similares, según datación por radiocarbono de restos arqueológicos en un yacimiento de Guatemala.

Los arqueólogos han confundido durante mucho tiempo lo que causó lo que se conoce como el colapso maya clásico en el siglo IX d.C., cuando muchas de las ciudades de la civilización antigua fueron abandonadas. Investigaciones más recientes han revelado que los mayas también experimentaron un colapso anterior en el siglo II d.C., ahora llamado el colapso preclásico, que es aún más mal entendido.

El arqueólogo de la Universidad de Arizona, Takeshi Inomata y sus colegas sugieren en un nuevo artículo, que se publica en PNAS, que ambos colapsos siguieron trayectorias similares, con múltiples oleadas de inestabilidad social, guerras y crisis políticas que condujeron a una rápida cáida de muchos centros urbanos.

Los hallazgos se basan en una cronología muy refinada desarrollada por Inomata y sus colegas utilizando una datación de radiocarbono sin precedentes del sitio arqueológico de Ceibal en Guatemala, donde el equipo ha trabajado durante más de una década.

Si bien cronologías más generales podrían sugerir que los colapsos mayas ocurrieron gradualmente, esta nueva cronología más precisa indica patrones más complejos de crisis políticas y recuperaciones que conducen a cada colapso.

Utilizando datos de radiocarbono y datos de cerámicas y excavaciones arqueológicas altamente controladas, los investigadores pudieron establecer la cronología refinada de cuándo el tamaño de la población y la construcción de edificios aumentaron y disminuyeron en Ceibal.

Si bien los hallazgos pueden no resolver el misterio de por qué exactamente ocurrieron los colapsos mayas, son un paso importante hacia una mejor comprensión de cómo se desarrollaron.

"Es muy interesante que estos colapsos se vean muy similares, en periodos de tiempo muy diferentes", dijo Melissa Burham, una de las tres estudiantes de posgrado en antropología de la UA que co-escribió el artículo. "Ahora tenemos una buena comprensión de lo que el proceso parecía, que potencialmente puede servir como una plantilla para otras personas para tratar de ver si tienen un patrón similar en sus sitios (arqueológicos) en la misma zona".

jpe

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