La sonda Rosetta en su viaje en pos del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko ha recogido y analizado partículas de polvo procedentes de ese cuerpo estelar, lo que podría proporcionar pistas sobre cómo se formó el Sistema Solar, según un estudio publicado en la revista Nature.

Las partículas de polvo de 67P/Churyumov-Gerasimenko tiene varios tamaños y formas, desde simple granos hasta grandes terrones porosos, indica el estudio, dirigido por Mark Bentley de la Universidad austríaca de Graz.

Estos resultados derivan de las observaciones realizadas por MIDAS, un microscopio espacial de fuerza atómica que lleva a bordo la sonda Rosetta.

Los nuevos datos "aumentan nuestra comprensión fundamental del polvo cometario y del proceso que, en última instancia, da nacimiento a sistemas planetarios como el Sistema Solar", según Ludmilla Kilokolova del departamento de Astronomía de la Universidad estadounidense de Maryland, en un comentario que acompaña el artículo en Nature.

Los cometas almacenan material, en un estado casi prístino desde el nacimiento del Sistema Solar, cuando planetas y cometas empezaron a formarse por la colisión de partículas de polvo.

Por ello, ofrecen una oportunidad excepcional para observar la microestructura de las partículas prístinas de polvo, que no habían sido observadas hasta ahora "in situ".

El estudio recoge información sobre el tamaño, forma, textura y microestructura del polvo cometario de 67/P que fue recogido entre noviembre de 2014 y febrero de 2015.

Las partículas de polvo procedentes del cometa son agregados de granos más pequeños y alargados, con un tamaño que oscila desde unas decenas de micrometros a unos cientos de nanometros, mientras que su forma es muy variada, lo que incluye simples granos o terrones porosos, indica el estudio.

jpe

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