Una dieta rica en azúcar, el sedentarismo, los métodos milagrosos para adelgazar y la falta de cultura nutricional. Estas son las cuatro causas principales o pilares del exceso de peso que se calcula que afecta al 29% de la población mundial, de acuerdo al Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).

"Hace tiempo que la obesidad dejó de ser problema ajeno para convertirse en un asunto de índole social, que arrasa tanto en países con escasos recursos económicos, como en grandes potencias", recalca Rubén Bravo, experto en nutrición y portavoz del IMEO.

"Cuando hablamos de esos niveles de pandemia habrá que mirar más allá del individuo y llegar a fondo de la causa, en gran parte resultado negativo de las políticas económicas, sociales y alimentarias que afronta la sociedad actual", sostiene Bravo.

Según este nutricionista, para atajarla, las sociedades tienen que tomar medidas. Entre ellas, dedicar nuevas regulaciones, recursos o iniciativas a mejorar la composición de los alimentos elaborados; fomentar la actividad física en niños y adultos; facilitar las consultas de nutrición; o incorporar la cultura nutricional al sistema educativo.

Aunque, dado que en los cuatro pilares del exceso de peso también intervienen componentes psicológicos y emocionales, es necesario tomar medidas personales para buscar una solución a la obesidad, de acuerdo a Bravo.

EL PELIGRO DEL AZÚCAR

"¿Suele leer la etiqueta con la información nutricional de cada producto que entra en su cesta de compra? Allí se ve bien claro que todo, o casi todo, contiene azúcar, es un ‘suma y sigue'", señala el portavoz del IMEO.

"Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) consumimos más azúcar de lo que debemos. Hablamos del azúcar refinado, la glucosa y la fructosa y no del azúcar contenido de forma natural en frutas y verduras", añade Bravo.

"Los expertos recomiendan no sobrepasar los 25 gramos diarios de azúcar", apunta Bravo, quien recomienda tener cuidado, no con el azúcar que añadimos a nuestra comida, sino el que ya contienen "escondido" los alimentos envasados que compramos en el supermercado.

Para reducir el exceso de azúcar en la alimentación cotidiana, este experto sugiere, "leer las etiquetas de los alimentos, reservar todo aquello que lleve azúcares para consumirlo en sábado o domingo, sustituir los zumos por fruta fresca y comprar alimentos con la etiqueta "sin azúcares añadidos".

SEDENTARISMO: UNA SUMA DE HÁBITOS NOCIVOS

"No se trata de un concepto abstracto, sino de la suma de una serie de hábitos o condiciones que, a la larga, conducen a obesidad, como muchas horas de trabajo + falta de sueño reparador + inactividad física + estrés + cenas tardías" apunta el experto.

"Debemos apostar por realizar cambios que nos permitan llevar una vida saludable, con una alimentación adecuada y actividad física diaria, preferiblemente por la mañana, porque el ejercicio a primera hora activa el metabolismo y ayuda a quemar más calorías a lo largo de la jornada. Esto nos ayudará a lograr un bienestar emocional, sin ansiedad, ni estrés", resume Bravo.

"La actividad física recomendada por la OMS para adultos de 18 a 64 años es de entre 2,5 y 5 horas semanales (ejercicios aeróbicos, de intensidad moderada)", añade.

Para erradicar el sedentarismo de nuestra vida, Bravo señala: "la primera excusa para el sedentarismo es la falta de tiempo y ganas, pero si a lo largo del día tomamos decisiones como bajarnos una parada antes del autobús o metro o evitar el ascensor y dar un paseo de 30 minutos para relajarnos después de cenar, ¡ya estaremos practicando el mismo deporte que si asistiéramos 1 hora al gimnasio 3 días a la semana!".

BUSCAR AYUDA PROFESIONAL

"Cuando existe un problema de salud debe ser diagnosticado por los profesionales, y no con autocura o dietas milagrosas con posterior efecto rebote. No acudir a un especialista es un error capital y, a la medida que pasa el tiempo, el problema se hace más grande y la solución está cada vez más lejos", según Bravo.

"Existe un amplio abanico de soluciones, diagnósticos precisos, tratamiento multidisciplinar y grados de cirugía aplicadas a la obesidad con atención personalizada", añade.

"Con la ayuda de la tecnología médica podemos determinar con precisión las hormonas del paciente, su estado emocional, sus hábitos alimenticios, su metabolismo basal y las mutaciones en los genes relacionados con obesidad, todo esto nos permite proponer recomendaciones dietéticas adecuadas a cada individuo", apostilla el portavoz del IMEO.

Como medida personal para sortear este problema Bravo propone: "Regale o regálese en el cumpleaños o en Navidad, una consulta de nutrición con un especialista, o bien un buen libro de comida saludable. ¿Qué mejor obsequio que regalar salud?".

CULTURA NUTRICIONAL POBRE

Según Bravo, los obesos de ahora están creando gran número de obesos para el futuro, "algo que confirman las estadísticas con el disparo de la obesidad infantil en las últimas décadas".

"Tenemos suficientes razones para creer que los jóvenes de hoy serán la primera generación que no sobrepasará la edad de sus padres, debido a enfermedades cardiovasculares y la diabetes. Es el legado que dejaremos a nuestros hijos al no inculcarles, desde edades tempranas, los conceptos básicos de la nutrición", afirma Bravo.

Para este experto, los padres tienen la responsabilidad de enseñar a los pequeños que en casa es donde mejor se come, y no en los establecimientos de comida rápida, y que la mejor forma de conseguirlo es dando ejemplo.

Como fórmula operativa familiar, Bravo sugiere: "dedique media hora a la semana a planificar las comidas y la lista de la compra; adquiera un buen libro sobre comida saludable y eduque a sus hijos para evitarles que enfermen en su edad adulta temprana".

kal

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