Aunque la Ciudad de México destaca como una metrópoli de concreto rodeada de construcciones y avenidas, más de la mitad de este territorio es suelo de conservación.

Este tipo de suelo verde brinda servicios ambientales como la recarga de mantos acuíferos, el mantenimiento de la biodiversidad y la captura de carbono.

Sin embargo, el doctor Enrique Pérez Campuzano, del Instituto de Geografía de la UNAM, ha identificado que en este territorio se llevan a cabo algunas prácticas agrícolas que no son ambientalmente sostenibles.

Además, algunos productores agrícolas, al no ver ganancias por sus cultivos, han optado por vender sus terrenos para la industria de la construcción.

Esto tiene un efecto negativo en la disponibilidad de productos locales y en los servicios ambientales del suelo de conservación, alertó el geógrafo.

Agricultura urbana

El especialista de la UNAM, quien se ha dedicado a estudiar la agricultura en la ciudad y las cadenas de comercialización, así como los bienes y servicios del suelo de conservación, considera que el impulso a prácticas de cultivo más sustentables, ayudaría a reducir el gasto enérgico al importar productos del exterior.

Pero la principal ventaja de alentar la agricultura sustentable, consideró, sería la disponibilidad de productos locales de calidad, y al mismo tiempo, se mantendrían los servicios ambientales del suelo de conservación de la capital.

Las zonas agrícolas de la Ciudad de México se encuentran principalmente en Tláhuac y Milpa Alta, en donde abundan sembradíos de nopal y amaranto. En Tlalpan y Magdalena Contreras hay parcelas de casa para el autoconsumo de alimentos como el frijol y la calabaza.

Por lo general, estos productos se comercializan en mercados de la ciudad a través de intermediarios. Otra forma en que llegan a los capitalinos es directamente de los productores, quienes ofrecen su mercancía en tianguis y otros puntos de venta.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia / UNAM

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