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La crisis económica de España llevó a pequeñas y medianas empresas (Pymes) mexicanas a invertir en ese país, mientras que los hombres de negocios españoles vieron en México un atractivo para diversificar fuentes de ingresos en momentos en que no había oportunidades en la Unión Europea, mencionó José Cruz García, fundador de la firma mexicana de abogados GDP.

Parte de la movilidad de las pequeñas y medianas empresas españolas a México y viceversa ha sido “un termómetro de la crisis”, porque en un principio había la percepción de un milagro económico en España, dijo.

Pero cuando la economía de la nación ibérica cayó en crisis, se vio en México una gran posibilidad de hacer negocios gracias a las reformas estructurales aprobadas.

Para grandes empresas como Bimbo, Grupo ADO y Sigma fue el momento de comprar firmas españolas, y destaca lo hecho por Pemex Internacional (PMI), que adquirió 51% de los astilleros Hijos de J. Barreras, en Galicia.

A su vez, en esa etapa Bimbo compró a Bimbo España y se concretó la adquisición que hizo la firma de transportes ADO de su homóloga ibérica Avanza. Otro ejemplo es la firma joyera Daniel Espinosa, que logró entrar al mercado español. Las Pymes mexicanas que compraron inmuebles en España lograron rentabilidades de 20%, por ello fue uno de los sectores en los que más buscaron participar los latinoamericanos.

“En los últimos años, debido a la gran crisis sufrida, han llegado pequeños y medianos inversionistas mexicanos a comprar inmuebles”, explicaron los abogados Salvador Romero, Carlos Palaviccini y Cruz García.

En España, la crisis destrozó el mercado y por ello muchas firmas mexicanas manufactureras tuvieron que dejar ese país, al igual que lo hicieron las pequeñas y medianas empresas locales, quienes salieron a buscar otros mercados en el extranjero.

“La internacionalización de la empresa española ha tenido un incremento para sobrevivir”, dijeron, y el gobierno y las cámaras de comercio españolas les han dado apoyos para que ofrezcan sus productos y servicios en otros países, comentaron los juristas.

El año pasado, la inversión española en México ascendió a 4 mil 200 millones de dólares y en el primer trimestre de 2015 sumó alrededor de mil 100 millones de dólares, de acuerdo con el Registro Nacional de Inversión Extranjera de la Secretaría de Economía. Debido a ello, los abogados de GDP consideran que es probable que exista un pequeño incremento del capital de España que llega a la economía mexicana.

Gracias a la aprobación de las reformas, la expectativa de las empresas españolas creció, sobre todo de firmas constructoras, aunque no se ha dado tanta inversión pública en México como se anticipaba.

“La noticia de todas las reformas de infraestructura despertó mucho interés en el sector energético y en el de construcción”, dijo Cruz García.

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