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Las mentiras sobre la identidad de las personas, el nivel académico cursado, la experiencia profesional, el número de litigios civiles, la integridad de la persona y problemas de cualquier tipo son los hechos de deshonestidad que más se encuentran en los curriculum vitae en Latinoamérica, de acuerdo con el presidente de la empresa MultiLatin, David Robillard.

El problema es que hay muchas empresas que minimizan las falsedades de datos que encuentran en un candidato en lugar de tomarlas como focos rojos, ya que son indicios de lo que un trabajador está dispuesto a hacer para lograr sus fines.

“Están dispuestas a hacer lo que sea para tener el puesto, y pueden hacer lo mismo con los recursos de la empresa, cometer fraudes o robar información o recursos”, aseveró Robillard, quien presenta este martes Las mentiras más comunes de los CV, edición Latinoamérica 2017.

Se encontró el caso de un ex funcionario público de México que laboró 40 años en el gobierno, ostentando un título de licenciatura en informática de la UNAM, una maestría en la Universidad de Massachusetts, entre otros títulos que no pudo acreditar porque realmente no los cursó.

Pero, dijo Robillard, este es un caso frecuente, porque después de realizar 65 mil 500 verificaciones en la región, los hallazgos más frecuentes fueron que 39% de las personas llega a difundir en redes sociales o en medios de comunicación declaraciones o aseveraciones fuertes contra su jefe o patrón en turno, en tanto que 33.9% miente sobre su experiencia profesional.

Además, 17.7% falsea su verdadera identidad, 13.7% no reconoce problemas crediticios, 10.3% inventa tener títulos académicos o compra documentación para acreditar un nivel de estudios que nunca cursó.

En menor medida se encontró que la gente no reconoce litigios civiles o problemas penales en su vida.

Robillard dijo que “todos decimos mentiras piadosas, pero ostentar ser un ingeniero y no tener el estudio, o de escuelas que ni existen, genera grandes riegos a las empresas”.

Recordó que en el reporte de 2016 se encontró a tres personas vinculadas con el grupo delictivo de la Familia Michoacana, y en esta edición se muestra como hubo también personas que fingieron tener títulos de universidades reconocidas y hasta crearon una cuenta de correo falsa por la que el mismo candidato se hacía pasar por el director de servicios escolares.

Desde hace años, dijo, se sabe que en Estados Unidos y en Europa hay fábricas de diplomas, en donde la gente paga porque alguien conteste y diga que sí se estudió en una escuela, que en realidad no existe.

Se encontraron servicios en los que por 250 dólares dan información falsa sobre los estudios de un candidato a ocupar un puesto.

Añadió que hace tres años se publicó que había en México 2 mil 200 instituciones de alta enseñanza, pero se han identificado 9 mil operando.

El problema es que si no se verifican los curriculum, las empresas pueden contratar gente que realmente no tiene las habilidades que dice tener.

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