Ingerir o no alcohol se presenta como una encrucijada cuando llega la ocasión de asistir a reunión de trabajo, ya sea fiesta de fin de año, reunión con clientes, o en general, en cualquier situación social en la que el trabajo esté involucrado. Es una disyuntiva a la que seguramente todos —o casi todos— los trabajadores se ha hecho más de una vez. Depende de la cultura laboral de la empresa, pero en algunas organizaciones estos encuentros pueden ser muy comunes e incluso importantes para la vida laboral y social de una persona.

“La hora del almuerzo y más a menudo, las reuniones para beber después del trabajo pueden ser centrales en la vida social de los trabajadores. Esta actividad puede traer a menudo una cohesión y una mejora en la manera en la que la gente interactúa en el trabajo”, explica un documento titulado Alcohol y trabajo. Un potente cóctel, de la Unión de Sindicatos de Reino Unido. Convivir en estos encuentros fuera de trabajo puede favorecer la unión y la buena convivencia entre los miembros.

Sin embargo, la ocasión dicta la forma de acercarnos a esta bebida. “No es profesional tomar alcohol pero, ¿cuándo sí? Cuando estás en una comida, el cliente es el que toma la iniciativa y si tú te niegas, no le estás correspondiendo”, asegura David Navarro, director de Imagen Excellence. Esto aplica sobre todo para comidas largas en las que hay una gran negociación sobre la mesa. Cuando se termina el plato fuerte, es posible pedir un digestivo o un vino. Si tú invitaste a tu cliente a comer, si es posible, habla con el mesero para que tus bebidas las sirvan con una cantidad menor de alcohol. Lo que sí es que debes acompañar. “A nadie se le deja beber solo”, asegura el especialista.

En contraste, en un encuentro breve de negocios no es recomendable beber alcohol, ya que no habría razón para justificarlo. En las cenas de Navidad y ese tipo de eventos, la ingesta debe ser moderada.

Beber en situaciones relacionadas con el trabajo no demuestra un comportamiento poco profesional, coinciden varios especialistas. De hecho, si no asistes a este tipo de eventos incluso te podrías estar perdiendo de oportunidades genuinas para interactuar en un ambiente distinto con tus compañeros de trabajo, lo cual podría hacerte sentir que no eres parte del equipo.

“Estas celebraciones permiten disfrutar de un ambiente más relajado, compartir con los compañeros y relacionarse con personas de otras áreas, lo que resulta muy beneficioso para las relaciones laborales, pero sobre todo para aumentar el compromiso y el sentido de pertenencia con la empresa”, explica la bolsa de trabajo Trabajando.com en un documento al respecto de la fiesta de fin de año.

Diane Gottsman, una experta en etiqueta y dueña de “The Protocol School of Texas”, una compañía especializada en entrenamiento de etiqueta, asegura que estos momentos pueden ser una parte importante al ascender en la escala de la carrera ejecutiva en algunos climas corporativos. Sin embargo, no se debe olvidar que se está en un evento de trabajo y es necesario mantener una actitud profesional. Esto hará la diferencia entre utilizar estas situaciones para catapultar tu carrera y el de dañarla.

“No hay nada malo con tomar un trago. No es necesario rechazar por completo el alcohol para mantener un comportamiento profesional,
de hecho, evitar este tipo de eventos puede impactar de manera negativa tu carrera”, explica la especialista.

No abuses

Siempre recuerda que aunque te estés divirtiendo, éste no es tu objetivo primario. Aunque haya “hora feliz” no es momento de aprovecharla. Recuerda que no es una reunión con tus amigos, sino que seguramente habrá supervisores, jefes o clientes que estarán viendo tu conducta, señala Gottsman.

En este sentido, el error señalado por Trabajando.com como más común es el del abuso del alcohol. “Si abusas, lo más seguro es que termines bailando arriba de la mesa o tirándote a la piscina con ropa. Todo irá muy bien, pero cuando llegue el lunes, no querrás mirar a nadie. El consumo debe ser moderado”, sostiene el texto. En estas ocasiones el alcohol está permitido la bebida de manera más abierta, a diferencia de una negociación breve o una cita con un cliente muy corta, en donde la ingesta no estaría realmente justificada, asegura Navarro.

Antes de empezar esta reunión es importante que comas. La recomendación de los especialistas para los empleadores que están organizando estas reuniones es dar de comer.

Consumir cacahuates, y en general, todos los bocadillos que ofrecen puede salvarte de que se te suba la bebida de más por tener el estómago vacío. Si eres mujer, cuida más las copas que bebes ya que las mujeres suelen tolerar menos cantidad de este líquido, así que si no estás atenta a este detalle, la situación puede salirse de control más fácilmente.

El número de copas es importante para que estas reuniones salgan bien.  Susan M. Heath- field, una experta en recursos humanos y miembro de la Sociedad para la Gestión de Recursos Humanos de Estados Unidos, da ciertas recomendaciones al respecto.

Por ejemplo, nunca está bien beber en una entrevista de trabajo. Beber a la hora del almuerzo no debe de hacerse. Cuando se está con un cliente y sólo en el caso de que él esté bebiendo, se puede hacer pero con un límite de una copa por ocasión, nada más. En el caso de que no bebas, hayas llegado a tu límite o no quieras beber más, es recomendable “beber engañosamente”, señala Grossman. Esto es, ordenar otra bebida, un refresco o alguna que parezca que tiene alcohol. Nadie lo notará si estás conversando de manera animada.

Otra forma de evitar tomar alcohol es convenir el acompañar a la otra persona con agua mineral o con una limonada y excusarte por
no poder tomar en ese momento, explica Navarro. No se trata de dar muchos detalles sino de dejar claro que no te es posible hacerlo ahora: “Mientras acompañes, puedes brindar con lo que para ti sea cómodo”.

Conoce hasta donde

Se trata de beber muy poco y también de conocer tus propios límites. El alcohol actúa diferente en cada persona y mientras que una copa de cierta bebida no te hace efecto, la de otra puede sí hacer efecto tan sólo con una toma. Si nunca has probado cierta bebida que están ofreciendo, éste no es un buen momento de hacerlo, porque no sabes cómo se va a comportar tu cuerpo cuando lo hagas.

Es recomendable también que te mantengas hidratado durante la reunión, porque esto evitará que el alcohol pueda tener un mayor efecto en tu persona y te permitirá irlo expulsando del cuerpo más rápidamente.

En estos casos, aun cuando te la estés pasando muy bien con tu jefe, es momento de no seguirle los pasos a tu superior, recomienda Gottman. “No importa cuánto esté bebiendo tu jefe o qué conducta tenga, tú debes de estar preocupado por tu propia reputación”, asegura la especialista en etiqueta.

Es más, si su actitud comienza a ser muy desinhibida, no te conviene salir en esa misma foto y hoy, las redes sociales facilitan que este tipo de situaciones se vuelvan públicas y puedan afectar tu imagen.

“Se vale divertirse pero en las fiestas estás proyectando muchas cosas en el aspecto profesional que hay que cuidar”, explica Navarro.

De hecho, es a los líderes a los que más se les recomienda moderar su forma de beber y ceñirse a los protocolos ya que por supuesto son el ejemplo y si ellos lo hacen mal, será más sencillo que los empleados puedan perder la compostura, señala Navarro.

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