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Para imaginar la vida y el trabajo del futuro, no hace falta ver en perspectiva de aquí a un siglo de distancia. Los creadores de Los Supersónicos —la caricatura fue creada en 1962 y ese mundo de autos aéreos y casas suspendidas en el aire se ambientaba en 2062— lo hicieron pero hoy basta esperar apenas cinco años para ver cómo el mundo cambia vertiginosamente. No sólo en la vida cotidiana sino en el mundo del trabajo. El movimiento es tan rápido que nos obliga a apretar el paso para seguirle el ritmo.

Para entender un poco la rapidez del cambio actual, una cifra: De acuerdo con estimaciones citadas por el estudio del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), 65% de los menores que actualmente cursan la primaria trabajarán en profesiones que todavía no se han inventado.

Hoy vivimos la cuarta revolución industrial, la cual afecta la forma en la que vivimos, trabajamos y nos relacionamos unos con otros, explica en varias investigaciones el WEF.

Y este momento que vivimos puede entenderse así: “La primera revolución industrial usaba agua y vapor para mecanizar la producción. La segunda utilizaba energía eléctrica para producir en masa. La tercera usó la electrónica y la tecnología de la información para automatizar la producción. Hoy, la cuarta revolución industrial está ocurriendo a partir de la mitad del siglo pasado y está caracterizada por una fusión de tecnologías que están borrando las líneas entre lo físico, digital y biológico”.

Se le ha separado de la tercera debido a su velocidad y poder sin precedentes: “las posibilidades de miles de millones de personas conectadas a través de dispositivos móviles, con un poder de procesamiento, de almacenamiento y de acceso al conocimiento sin precedentes, son ilimitadas”.

Robótica, nanotecnología, biotecnología, inteligencia artificial, y todas estas disciplinas que avanzan vertiginosamente imponen ciertos retos para aquellos que están inmersos en el mundo del trabajo. Se pensaba que el trabajo se automatizaría por completo gracias a la tecnología pero la realidad es que más bien está transformando las habilidades requeridas para el mundo laboral.

Así, de manera paradójica, mientras que esta etapa que vivimos se distingue y se identifica por el vertiginoso avance tecnológico, en lo que a trabajo se refiere, puede también identificarse como la era del capital humano.

ManpowerGroup, una de las reclutadoras más destacadas a nivel global, identificó esta era como “Human Age”, una era en la que el talento sobrepasa al capital como un diferenciador clave. Es decir, que en los negocios, las personas y su talento han pasado a primer plano. En el reporte Human Age 2.0. Fuerzas futuras en el mundo del trabajo, la empresa reclutadora asegura que en esta nueva era del trabajo se requerirá que las personas desarrollen y demuestren la capacidad de aprender y de aumentar sus habilidades, así como la de mantenerse vigentes.

“Las organizaciones van a crecer gracias a la gente. Las personas se vuelven la diferencia en las empresas. El dinero ya no es un problema para las organizaciones porque los recursos existen. El desarrollo lo va a dar no la tecnología sino las personas”, explica Héctor Márquez Pitol, Director Comercial México y Centroamérica de ManpowerGroup.

Prepararse para el mediano plazo

El WEF hace una prospectiva más bien a mediano plazo: 2020. Y el mundo del trabajo va a requerir diferentes aptitudes que las que requiere hoy. En primer lugar está la creatividad. “Ésta será la primera. Con la avalancha de nuevos productos, nuevas tecnologías y nuevas formas de trabajar, los trabajadores tienen que ser más creativos para beneficiarse de estos cambios”, sostiene el reporte Las 10 habilidades que necesitas para prosperar en la cuarta revolución industrial.

Lo que es muy importante decir es que “los robots pueden ayudarnos a llegar a donde queremos más rápido, pero no pueden ser tan creativos como los humanos (todavía)”.

Así como la creatividad, las demás habilidades se mueven en la lista conforme la tecnología avanza. Mientras que en la lista de habilidades de 2015 la negociación y la flexibilidad están arriba, en 2020 van a caer del top 10 debido al uso masivo de datos, lo cual tomará las decisiones por las personas; de esta misma manera, mientras que la escucha activa es la habilidad principal hoy, va a desaparecer de la lista y va a ser sustituida por la inteligencia emocional, todo esto de acuerdo con el estudio El futuro de los trabajos.

Hay una habilidad que si bien hoy no figura en el ranking de habilidades necesarias (2015) para enfrentar el entorno laboral realizado por el WEF, salta a uno de los primeros lugares en tan sólo cinco años, y es la que se conoce como inteligencia emocional.

“Las habilidades sociales, o lo que algunos llaman inteligencia emocional, a menudo son subestimadas por las organizaciones”, sostiene al respecto la consultoría Hays. Sin embargo, habilidades sociales como estas, (persuasión, enseñar a otros y tener esta clase de inteligencia) tendrán una alta demanda incluso en industrias tan técnicas como la de la programación, señala el WEF.

Pero, ¿qué es la inteligencia emocional? Es la capacidad de reconocer, manejar, y transmitir buenos sentimientos a las personas con las que se trabaja. Esto último, es “la raíz” del trabajo de un líder emocional, según sostiene Daniel Goleman, un psicólogo de Estados Unidos que ha escrito varios libros sobre este tema.

Otras imprescindibles

El número uno de todos los tiempos en los rankings realizados por el Foro Económico —tanto en el de 2015 como en el de 2020— es la resolución de problemas complejos. Hoy es requerido en primer lugar y en 2020 será igualmente indispensable. Esta habilidad se refiere a la capacidad de resolver problemas que involucran diversas metas así como varias acciones a considerar, lo cual puede desembocar en consecuencias diversas, en ambientes que pueden estar cambiando de manera dinámica e independiente de quien busca resolver el problema. Vaya, que es resolver bajo las condiciones que se presenten.

Un ejemplo: Utilizando dispositivos complejos como un nuevo teléfono móvil o una computadora, dirigir organizaciones complejas —como organizaciones o comunidades— haciendo predicciones en ambientes complejos (como elecciones o la bolsa de valores), según explica el estudio El proceso de resolver problemas complejos, publicado en el Journal of Problem Solving.

La habilidad que también el mundo de trabajo va a requerir en segundo lugar para dentro de cuatro años es el pensamiento crítico. Esto es, según define el Consejo Nacional para la excelencia en el pensamiento crítico de Estados Unidos, “el proceso intelectualmente disciplinado, de forma activa y habilidosa, de conceptualizar aplicar, analizar, sintetizar y/o evaluar información recabada de la observación, experiencia, reflexión, razonamiento o comunicación, como una guía para la creencia y la acción”. Esto no es más, que el procesamiento del mundo que nos rodea.

El trabajo en equipo y la gerencia de personas son habilidades necesarias para enfrentar el mundo laboral de hoy y del futuro, pero los especialistas coinciden en que muchas veces el resaltar la labor en concjunto como una cualidad ya está rebasado; hoy es como una “materia prima” que debe tener el colaborador.

Más allá de buscar que las empresas capaciten u ofrezcan las herramientas para que los empleados se actualicen, es necesario que ellos mismos comiencen a desarrollar estas habilidades, que van mucho más allá de haber estudiado solamente una licenciatura o de especializarse con una maestría (lo cual es también muy bueno para su carrera profesional).

El estudio de ManpowerGroup sostiene que hoy, “los empleadores han pasado de ser constructores de talento a ser consumidores de trabajo”, así que para volverse más atractivo es necesario hacer que las habilidades del colaborador converjan de manera perfecta con lo que el mercado laboral busca.

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