Mariana F. Maldonado

Muchas veces parece sencillo simplemente renunciar si algo no te gusta del lugar en que trabajas. Si te cae mal tu jefe, el consejo más común suele ser: ¡Renuncia! Y muchos se lo toman en serio, sin antes considerar otras opciones como la de platicar al interior de la organización para ver si existen otras posibilidades para ti. Cambiarte de área quizá hubiera sido posible, pero tú ni siquiera te enteraste porque decidiste renunciar. Plantear un movimiento horizontal probablemente te hubiera quitado la carga, pero ya nunca lo sabrás si decidiste salir corriendo.

Éste y otros errores cometidos en la vida profesional son sumamente comunes.

En muchas ocasiones, o quizá en la mayoría, se privilegia lo inmediato en lugar de ponderar lo extensa que será la carrera profesional propia y en que hay que cuidar y cultivarla no sólo en el presente, sino a largo plazo también.

En el supuesto de que empezaste tu vida laboral a los 20 años y de que la edad de jubilación es a los 65, pasarás al menos 45 años de tu vida trabajando. Si es así, deberías de cuidar tu carrera y dar los pasos correctos para cultivar un mejor perfil.

Por unos cuantos pesos

Quizá el error más grande y el más común –coinciden los especialistas– es el de cambiar de trabajo sólo pensando en el dinero, y no en el futuro ni en las metas que se tienen a largo plazo.

Unos pesos más no hacen la diferencia cuando se trata de crecimiento personal y profesional, y si no se tiene una estrategia en este sentido, es probable que en 10 años empieces a arrepentirte de tus decisiones.

Esta es una tendencia que es más observable en los jóvenes. De hecho, entre 30% y 40% se va de un trabajo por esta razón, de acuerdo con números de la consultoría Page Personnel.

“Nunca es una buena idea tomar decisiones basadas en el dinero. Seguro, es importante considerar los números, pero hay una docena de factores –incluido tu instinto– que debes tomar en cuenta”, asegura Bernard Marr, un autor bestseller en temas de carrera y negocios a través de Linkedin.

En este sentido, Elizabeth Paullada, executive manager de Page Personnel, sostiene que los trabajadores antes de salirse sólo porque les pagan un poco más, deben de confrontarse y pensar en las habilidades que a mediano plazo quieren desarrollar.

Ya que las tengan identificadas, entonces el siguiente paso es buscar la manera en la que eso suceda al interior de la organización en la que están, y no simplemente brincando de una empresa a otra.

Si en realidad no hay otra opción, es momento de irse, pero no sin antes haber probado las opciones y haber analizado que el nuevo trabajo sí cumpla las expectativas.

De hecho, éste es otro de los errores más graves. No sólo por dinero, sino por cualquier situación.

Salirse de una compañía antes de cumplir un tiempo razonable –dos años es lo recomendable por Page Personnel, aunque un año puede no estar tan mal, de acuerdo con otros expertos– y estar brincando de una compañía a otra sin tener un plan de carrera, es una decisión que no va a abonar en nada a tu futuro.

“Hay carreras incoherentes; empiezan en recursos humanos, luego se van a ventas o a finanzas. No sólo necesitas ser coherente en tus expectativas, sino en qué quieres hacer en tu carrera; entiendo que te puedas cambiar de analista de finanzas a analista de marketing, pero una persona de 10 años de experiencia que haya estado en todo, tampoco es un candidato que consideremos con una seriedad profesional, porque a lo mejor nunca ha encontrado su camino”, explica Elizabeth.

En este sentido, hay otro error que puede costarte caro en el largo plazo: dejar las cosas a medias.

Según una encuesta de la bolsa de trabajo OCCMundial, ésta es una práctica en la que incurren cuatro de cada 10 profesionistas mexicanos.

“Se refiere a empezar algún proyecto con ímpetu y abandonarlo a la mitad del camino; la explicación que se suele dar a este comportamiento es que mientras no se concluya la tarea iniciada no se enfrentarán los resultados y, por ello, las consecuencias”, sostiene la institución.

Termina lo que empiezas, ya sea la licenciatura, una maestría, o cualquier otro proyecto.

En general, 40% de los profesionistas mexicanos ha incurrido en “autosabotaje profesional”, es decir, actitudes como éstas, las cuales obstaculizan el crecimiento personal.

El “muy, muy”

Sobrevenderse para algún puesto o proyecto terminará dejándote en una pésima posición porque es muy probable que no cumplas con las expectativas de tu empleador.

Puedes ser muy elocuente y tener una muy buena comunicación, pero si no sabes hacer las tareas del puesto por el que estás compitiendo, tarde o temprano se darán cuenta de ello.

“La recomendación es que el candidato reconozca qué es lo que sabe, qué es lo que no, y lo que está dispuesto a aprender; además, él debe preguntar sobre las expectativas del puesto”, sostiene la experta de Page Personnel.

Esta práctica es mucho más delicada si se realiza en áreas de tecnología, programación e ingeniería, por ejemplo, porque la falta de habilidades puede causar errores que seguramente costarán dinero, señala la consultora.

Otra de las consecuencias de que te sobrevendas es que quizá ni siquiera te contraten para el puesto, porque tu empleador tendrá miedo de que te aburras porque estés sobrecalificado y renuncies rápidamente, sostiene Robin Ryan en el libro “60 segundos y ¡estás contratado!”.

En este mismo sentido, pretender ser alguien que no eres tampoco es una buena decisión, ya que a la larga podría hacerte sentir vacío, sostiene Marr.

“Quizá pretendas ser fan de los deportes sólo para impresionar a tu jefe, o quedarte con la boca cerrada acerca de algo para mantener la paz, o ser un experto en algo que no lo eres; pero pretender continuamente ser alguien que no eres, es no ser auténtico contigo mismo”, sostiene.

No los dejes al último

Trabajar a la semana muchas más horas de las que señala tu horario y olvidar a la familia es una decisión que vas a lamentar a largo plazo.

Para tener una carrera exitosa, necesitas tener a tu lado a personas que te apoyen y que muchas veces no son parte de tu equipo de trabajo, señala Bernard Marr.

“Arruinar la relación que tienes con tus amigos y familia te harán sentir que, aunque tu carrera sea exitosa, no vale tanto la pena”, sostiene.

 

 

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