BBVA ha recibido una demanda por la bancarrota de la estadounidense SunEdison, la mayor fotovoltaica del mundo. El comité de acreedores no garantizados de la compañía ha presentado recientemente una denuncia.

En abril del año pasado SunEdison se acogió al capítulo 11 de la ley de quiebras de Estados Unidos, con un pasivo de 12 mil millones de dólares, lo que suponía la caída más significativa de una empresa no financiera en el último decenio.

La normativa protege a la empresa de sus acreedores, permitiendo la reorganización de la deuda y la venta de negocio.

Ante estas circunstancias y las medidas adoptadas por la banca, los acreedores no garantizados consideran que se han visto gravemente perjudicados, por lo que han llevado a la Corte Sur del Sur del Distrito del estado de Nueva York el caso.

En la demanda, el comité de acreedores no garantizados acusa a cinco entidades —Compass, filial estadounidense de BBVA, Wells Fargo, Goldman Sachs, Morgan Stanley y KeyBank— de “obstaculizar” al resto de inversores, prestamistas, bonistas y proveedores, además de “actuar de manera injusta” con la intención de favorecer sus intereses y “demorar”
la quiebra.

Créditos y garantías. Considera, en este sentido, que los bancos otorgaron financiación adicional a SunEdison tan sólo tres meses antes de que se declarara en bancarrota a sabiendas de las dificultades por las que atravesaba la compañía.

En ese momento, había serias dudas sobre la viabilidad de la empresa de energías renovables y su valor había caído en picado en bolsa.

En enero de 2016 los bancos refinanciaron la deuda pendiente de SunEdison y ampliaron los créditos en 485 millones de dólares, momento en que se habían producido las primeras ejecuciones de activos que habían sido puestos en garantía por préstamos anteriores.

A cambio, se incrementaron a cualquier filial de la compañía los activos que serían pignorados en caso de impago.

Con estas medidas el gigante energético logró obtener oxígeno para mejorar su posición financiera y alargar su agonía al extender los plazos de vencimiento de las deudas.

Los bancos han presentado las primeras alegaciones a la demanda presentada por el comité de acreedores no garantizados.

“Actuaron de buena fe”. En las alegaciones, liderada por Wells Fargo y secundada por el resto de las instituciones, las entidades sostienen que en todo momento “actuaron de buena fe” con la esperanza de que SunEdison mejoraría y solventaría los problemas a los que se enfrentaba la firma.

Desde la declaración de la bancarrota, el grupo estadounidense ha ido vendiendo alguno de sus activos. Esta misma semana ha cerrado la venta de 51% de una de sus principales filiales, Terra Form, al fondo Brookfield.

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