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Las empresas deben estar atentas al tema de la contratación de servicios laborales por medio del outsourcing (tercerización) porque se les puede filtrar el lavado de dinero, advirtió el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).

Durante un foro empresarial organizado por el organismo, el especialista Luis Fernando Ortiz de la Concha dijo que por abusar de esta figura en la nómina o caer en manos de empresas “ninja, estilo Panama Papers” por desconocimiento de quién es el prestador del servicio, se corre el riesgo de cometer ese ilícito que se sanciona con multas millonarias y sanciones tanto en México como en el extranjero.

Agregó que por falsear información al fisco, subsidiarias mexicanas en el exterior utilizan el outsourcing para evadir, y hay sanciones que se pagan con un año de cárcel y multas de hasta 10 millones de dólares, como ocurre en Estados Unidos.

En México las multas pueden llegar a 4 millones de pesos y hasta 15 años de cárcel.

El experto recordó que el outsourcing ya está considerado como una actividad vulnerable al lavado de dinero.

Las firmas deben gestionar y administrar los riesgos y leer con lupa el mapa laboral con el que operan, pues hasta ahora se tienen identificados a 71 mil 441 contribuyentes que utilizan el outsourcing como una planeación fiscal y que pudieron haber defraudado al fisco.

Evasores en potencia.“Un tema de lavado de dinero o de outsourcing puede acabar con la empresa. Eso quiere decir que todas las empresas de outsourcing están siendo vistas como potenciales defraudadoras; ese es el mensaje”, sentenció Ortiz de la Concha.

Recordó que en los últimos años, de siete secretarios de Hacienda, dos de ellos dijeron que “todos los contribuyentes son evasores en potencia”.

Frente a un panorama de bajos ingresos petroleros y el dólar por los cielos, los tributos van a ser la única fuente real de ingreso, manifestó el experto, por lo que se le está apostando a las multas, al ISR y el IVA que no queremos devolver.

“Esto es sólo una de las ramitas en donde el lavado de dinero y los impuestos van a empezar a trabajar de manera conjuntamente”, enfatizó.

Ortiz de la Concha destacó que el lavado de dinero es un tema delicado, porque está relacionado con otros elementos.

“El que crea que el lavado no le causa daño a nadie y que es el crimen sin víctima, es igual que el soborno: si yo le doy dinero al policía, a un funcionario del gobierno, ¿cuál es el problema, en qué te afecta? Pero sí nos afecta a todos, y está vinculado uno con otro”.

Mencionó que hay empresas que se acercan a los especialistas y confiesan que ya no es sostenible su nivel de gasto de nómina, por lo que a veces están buscando otras salidas y piensan automáticamente cómo comprar facturas como parte de su tax planning, sobre todo las pequeñas y medianas, lo que calificó como tétrico y terrible, porque cuando crezcan, lo harán con esos vicios.

“Si no amarran desde el principio la contratación y lo tienen muy claro, las consecuencias serán enormes; mañana no sólo será un problema para ellos y el fisco, sino para uno mismo”.

Ortiz de la Concha refirió que el tema del lavado de dinero no se llevaba a los tribunales, pues de 10 casos, menos de uno llegaba a feliz término para las autoridades, porque el contribuyente “se salía con la suya”.

No había manera de traer al contador ni al representante, como tampoco a los ejecutivos ante la justicia, y el fisco no recaudaba nada. “Hay mucho dinero de dónde recuperar”.

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