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APODACA, NL.— El cambio es una constante en los negocios. La multinacional PepsiCo lo sabe, y por eso invirtió 22 millones de dólares hace dos años para generar innovación disruptiva desde México, donde ahora crea productos horneados que vende en Asia, Europa, Estados Unidos, Canadá y Latinoamérica.

A diez minutos del Aeropuerto Internacional de Monterrey y con un clima de más de 30 grados centígrados, PepsiCo abre por primera vez a los medios de comunicación el Baking Category Innovation Center (BCIC) o Centro de Innovación para la Categoría de Productos Horneados.

Dentro del parque industrial donde se ubica el BCIC también están los campus del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Su ubicación no es casual: atrae talento de esas instituciones.

Con más de cien ingenieros, investigadores, diseñadores y especialistas, el BCIC participa de las megatendencias mundiales en galletas, barras y otros productos horneados.

Un salón llamado Creatividad, otro Innovación, un laboratorio sensorial, otro de análisis, una planta de producción a escala, entre otras, forman a este centro único de PepsiCo.

Por ejemplo, el desarrollado de las galletas Chokis Brownie, el relanzamiento de Flipy y la creación de Quaker Breakfast Flats para el mercado estadounidense se gestaron desde este búnker en Nuevo León.

“El centro inició en Nuevo León porque el negocio de galletas nació aquí, y esta área tiene una representación importante. El producto se hizo con la visión de potenciar este negocio para el mundo”, dijo Miguel Acosta, director senior del BCIC.

En 2015, PepsiCo tuvo un año retador. Sus ingresos ascendieron a 63 mil millones de dólares a escala mundial, lo que representó una reducción de 5% en comparación con los 66 mil millones de dólares del año previo. En México la empresa tuvo ventas cercanas a 4 mil millones de dólares.

Así, una de las estrategias de Indra Nooyi, presidenta y directora general de PepsiCo, ha sido la innovación.

Un país como México le ofreció el tamaño, infraestructura, talento y condiciones para lograr sus metas corporativas, entre ellas generar productos con menor aporte calórico.

En medio del IEPS. La visita al BCIC se da cuando en México ha iniciado la discusión para el posible incremento del IEPS a productos con alto contenido calórico. Organizaciones sociales y legisladores analizan proponer un alza al gravamen de 8%.

Durante el recorrido, directivos de PepsiCo explicaron que la empresa mantiene una reformulación constante de sus productos, incluso de forma ajena a la imposición del IEPS.

“Hay diferentes cuestionamientos, uno de los más importantes es cuando preguntan si la avena puede usarse en planes de alimentación para controlar el peso... Al analizar su perfil nutrimental, este ingrediente es alto en carbohidratos, pero provenientes de fibras”, explicó Lilian Rangel, gerente de nutrición del BCIC.

Más allá de esta situación, PepsiCo quiere adaptarse a la evolución en el gusto, estilo de vida y tipos de consumidores en diversas partes del orbe.

En promedio, PepsiCo modifica, reformula o desarrolla entre 20 a 30 innovaciones de productos horneados para el mercado extranjero y otras 20 a 30 para México cada año. Un nuevo producto tarda entre uno a dos años para lograr su lanzamiento, pero algunos nunca llegan a los anaqueles, o bien son descontinuados casi tan pronto como se lanzan.

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