El responsable del Tesoro británico, George Osborne, intentó el lunes tranquilizar a los mercados, ante la preocupación de los inversionistas sobre las consecuencias de que Gran Bretaña abandone la Unión Europea.

En su primera comparecencia pública desde el referendo del jueves a favor de abandonar la UE, Osborne intentó calmar a los mercados golpeados por el resultado. Con actitud calmada, afirmó que la economía británica está tan fuerte como podría para afrontar los desafíos de la reacción internacional, y que se encuentra en una posición mucho mejor que la que tenía al comienzo de la crisis financiera de 2008.

"Los próximos días no serán un paseo", dijo, añadiendo que Gran Bretaña está "equipada para cualquier cosa que pueda ocurrir".

Los jefes de gobierno de Alemania, Italia y Francia tenían previsto reunirse en Berlín para comentar la votación, intentando definir un mensaje común sobre que las negociaciones deben comenzar rápido para no prolongar la incertidumbre.

Mientras, en el primer dato sobre la confianza empresarial ante la incertidumbre, un importante grupo empresarial anunció el lunes que el 20% de sus miembros tiene previsto trasladar parte de sus operaciones fuera de Gran Bretaña a la luz de la decisión del país de abandonar la Unión Europea.

El Institute of Directors señaló que un sondeo a sus mil miembros mostraba que tres de cada cuatro creen que la salida británica de la UE, o Brexit, será mala para los negocios.

La libra ha caído a su nivel más bajo en 30 años y el lunes volvió a perder un 2,3% contra el dólar, a 1 mil 3360 dólares. Las bolsas europeas también seguían en negativo.

Osborne prometió no imponer un nuevo presupuesto de austeridad, aunque durante la campaña dijo que haría falta uno si los votantes decidían abandonar la UE. Redactar el nuevo presupuesto será tarea del gobierno del sucesor del primer ministro saliente, el conservador David Cameron.

El responsable de finanzas añadió que durante el fin de semana había trabajado de cerca con el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, así como con otros ministros de finanzas y organizaciones internacionales.

"Estamos preparados para cualquier cosa que pueda ocurrir", dijo.

En otra señal para tranquilizar los mercados, Osborne hizo hincapié en que sólo Gran Bretaña puede invocar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que activa el proceso formal por el que el país abandonaría el bloque. Gran Bretaña "sólo debe hacer eso cuando haya una visión clara de qué nuevo acuerdo buscamos con nuestros vecinos europeos", afirmó.

Se espera que Cameron presida el lunes una reunión de emergencia con su gabinete. El secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, visitará Bruselas y Londres para tratar los resultados del referendo.

La política británica se ha visto envuelta en la incertidumbre mientras sus dirigentes intentan determinar cómo exactamente se separaría Gran Bretaña de los otros 27 miembros del grupo.

Cameron, que lideró la campaña a favor de permanecer en la UE, anunció que renunciará al cargo en otoño.

Por su parte, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, afronta una revuelta en el Partido Laborista después de que una docena de miembros de su equipo renunciaran el lunes, sumándose a los otros 11 que dimitieron durante el fin de semana.

Corbyn dijo que no renunciaría y ha nombrado legisladores que le son leales para llenar las plazas vacantes. Insiste en que se presentará a cualquier votación interna a líder de partido y afirma que tiene el apoyo de las bases laboristas.

Muchos legisladores laboristas acusan a Corbyn de dirigir una floja campaña en apoyo de la permanencia de la UE.

También temen que el izquierdista no pueda ganar unas elecciones generales, que podrían celebrarse antes de la fecha prevista de 2020.

Cameron, ha anunciado que renunciará antes de octubre y que el siguiente primer ministro podría convocar unas elecciones para consolidar su puesto antes de las negociaciones sobre la salida británica de la UE.

La votación también ha provocado un cisma político en el conjunto de Gran Bretaña. La primera ministra de Escocia, Nicola Sturgeon, dijo que "consideraría" recomendar al Parlamento escocés que utilice su poder para evitar que Gran Bretaña abandone la UE. En torno al 62% de los escoceses votaron a favor de quedarse en la UE.

Los parlamentarios escoceses podrían frenar la salida británica al negar su "consentimiento legislativo", señaló.

lsm

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