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Ante el embate de las prácticas desleales asiáticas en el sector acerero, la industria siderúrgica mexicana debe protegerse con un arancel de 30% a las importaciones que realizan, recomendaron académicos, quienes reconocieron que esta medida va a traer efectos positivos al crecimiento económico.

Un alza de impuestos a la importación de acero de esa magnitud no va a generar presiones inflacionarias y permite usar la capacidad subutilizada del sector, el cual llega a 40%, aseguró el investigador de El Colegio de México, José Antonio Romero Tellaeche.

A días de que concluya la medida que impuso la Secretaría de Economía, el académico presentó la propuesta y enfatizó que no es una medida proteccionista, sino acción de “fomento y resguardo” para la industria nacional.

La Secretaría de Economía impuso un gravamen de 15% a las importaciones de cinco familias de productos del acero (placa, planchón, lámina rolada en frío y en caliente y alambrón). El plazo tuvo una vigencia de seis meses.

Romero Tellaeche, el director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic), José Luis de la Cruz, y el tesorero de la misma institución, Juan Antonio Reboulen, explicaron que no hay evidencia de que los aranceles al acero incrementen los costos de producción.

Al contrario, detallaron que los efectos en las industrias metálicas básicas se van a transmitir a la economía.

La capacidad instalada de China es de mil 280 millones de toneladas anuales y oficialmente se reconoce un excedente de 425 millones; México produce entre 20 y 22 millones con una subutilización de la planta de 40%.

Esa cantidad de acero chino genera pérdida de empleos. En México se perdieron 10 mil fuentes de trabajo en los últimos tres años, detallaron.

Explicaron que el gobierno chino implementó una política de desarrollo de la industria para generar empleo y quiere crear de tres a cinco de las grandes siderúrgicas del mundo.

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