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Los ataques cibernéticos y las pérdidas por desastres naturales son los principales riesgos que enfrenta la industria de seguros. En entrevista con EL UNIVERSAL, Xavier de Bellefon, presidente ejecutivo de AXA México, aseguró que a la par de estos riesgos globales, el país y las empresas tienen la oportunidad de desarrollar productos que protejan el crecimiento económico de la población que tiene acceso a un mejor nivel de ingresos.

¿Ha avanzado México en la protección ante desastres naturales?

—El país en los años 90 hizo cosas muy importantes con el Fondo de Desastres Naturales, pero ahí se quedó. No hay protección para las familias o empresas que no tengan un seguro.

Hay muchos países donde existen mecanismos para apoyar a la gente. En Japón a nosotros nos piden un impuesto de 5 centavos por póliza y este fondo se usa para indemnizar a la gente en caso de catástrofe natural. Hay mucha reflexión en el mundo y México se quedó rezagado. Existe un compromiso, la gente lo entiende, las empresas lo están haciendo y creo que el Estado tiene que hacer algo en tema de prevención obligada.

¿Un buen ejemplo es el caso del huracán Odile en Baja California Sur?

—Después de los daños causados por Odile, se descubrió que su reglamento de construcción estaba a años luz del reglamento de Cancún, porque no les había pasado nada, entonces, podían construir con papel sin que ocurriera algo, hasta que llegó el huracán.

Hay estados que no están protegidos. No tenemos escenarios catastróficos pero como protectores económicos sí vemos escenarios muy complicados y no va haber dinero que pague todo esto.

Si en vez de ocurrir una vez cada cuatro años ocurre dos veces al año, el costo sería increíble. Hay escenarios dramáticos que los consideramos para que no ocurra, pero si no hacemos nada, no habrá dinero que lo proteja.

¿Qué otros riesgos vislumbran?

—Hay un riesgo muy importante que está apareciendo tanto para empresas y personas que es el hacking.

Para las empresas ya son pérdidas multimillonarias cuando te atacan, o a los gobiernos. Ya hay un gasto muy importante de prevención para proteger la identidad de la población.

En el caso de los ataques cibernéticos podemos aprender sobre la marcha, pero con catástrofes naturales es muy difícil de reaccionar.

En este escenario ¿continúa siendo atractivo el mercado mexicano?

—El 2014 no fue muy bueno, pero México sigue teniendo una economía positiva si lo comparas con países como Brasil, que está en una recesión.

El primer semestre ha sido bastante positivo para el sector, pero la economía termina por alcanzarnos. Entonces, si este año no es bueno, para nosotros tampoco.

Para el sector el mercado es interesante ante la baja penetración de seguros en México. Sólo 28% de los autos están asegurados y únicamente 5% de las casas. Hay mucho potencial.

¿Han avanzado las negociaciones con Hacienda sobre los cambios fiscales?

—Muchas medidas que se dieron con la ley fiscal tuvieron un impacto colateral. El abandono de los deducibles fiscales para dos seguros muy importantes para población, como el de gastos médicos y el seguro de vida.

Hemos tenido muchas conversaciones a través de la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros con la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y esperamos que regrese una parte de estos deducibles. Ojalá que el proyecto de ley que vamos a ver en septiembre y que se tiene que votar para la ley fiscal de 2016, incorpore algunos de esos cambios.

Ante las características sociales y económicas que hay en México, ¿qué cambios podríamos ver en el mercado?

—Uno de los grandes retos donde tenemos que innovar todos es cómo sumar a la clase baja que está a punto de llegar a la clase media, ya que si no bajamos su riesgo de volver a caer, la gente se empobrece por una catástrofe o una enfermedad grave. Las consecuencias económicas de esto se aseguran.

Hay cada vez más necesidad de hacer productos más baratos pero que respondan a la necesidad de protección de millones de familias mexicanas. El programa Prospera ayuda a la formalización, aunque aún no contempla seguro.

Con el gobierno podemos estudiar cómo meter en este paquete algo barato que ya de una cobertura en caso de una desgracia. Creo que habrá mucha creatividad. Y nosotros estamos trabajando con empresas de microfinanzas en este tema de inclusión financiera social.

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