Los acreedores de Grecia se preparaban el jueves en Atenas para comenzar las conversaciones para un nuevo rescate, después de que los legisladores aprobaron de madrugada un segundo paquete de reformas, pese a una rebelión en la izquierda que podría obligar a adelantar las elecciones.

En una señal de cómo el objetivo de abordar el problema de deuda del país heleno se aleja cada vez un poco más, el centro de estudios más influyente de Grecia predijo una fuerte recaída en la recesión.

Esto se une a la resistencia que está enfrentando el primer ministro izquierdista, Alexis Tsipras, que debe negociar un rescate de unos 86 mil millones de euros con prestamistas escépticos mientras lucha por mantener unido su partido Syriza.

Tras otra sesión maratónica que concluyó en las primeras horas del jueves, el Parlamento griego votó abrumadoramente en favor del segundo paquete de reformas.

Sin embargo, 36 legisladores de Syriza se rebelaron, obligando a Tsipras a recurrir a los votos de la oposición.

Aunque su popularidad personal es alta, un regreso a la recesión tras una modesta recuperación el año pasado pondría a prueba la capacidad de su gobierno para superar la difícil mezcla de subidas de impuestos, recortes de gastos y reformas económicas exigidos por los prestamistas.

Una portavoz de la Comisión Europea, una de las tres instituciones acreedoras junto al Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, dio la bienvenida al voto griego.

Las negociaciones formales empezarán el viernes. Funcionarios griegos afirmaron que su intención es concluirlas y tener un acuerdo aprobado por el Parlamento para el 20 de agosto, cuando termina un plazo para pagar 3.400 millones de euros al BCE.

REUNIONES

La nueva representante del FMI para Grecia, Delia Velculescu, y funcionarios de la Comisión y el BCE tienen previsto llegar a Atenas el viernes.

Las reuniones se harán en dos vías paralelas, una sobre un nuevo memorando de entendimiento sobre las acciones que debe adoptar Grecia y otro sobre el segundo flujo de préstamos que el país espera obtener.

No obstante, ya hay dudas sobre si la gravemente debilitada economía griega puede soportar el programa tras una crisis de seis años que redujo en un cuarto la producción nacional y elevó el desempleo por encima del 25 por ciento.

En su informe trimestral, el instituto IOBE dijo que los controles de capital impuestos el mes pasado para salvar al sistema financiero pasarán una gran cuenta.

Revirtiendo una previsión de crecimiento del 1 por ciento para este año, realizada en abril, aseguró que la economía se contraerá entre un 2 y un 2.5 por ciento tras crecer un 0.7 por ciento en 2014, y seguirá en recesión el próximo año.

Los bancos reabrieron después de que el BCE restauró la financiación de emergencia la semana pasada, pero los controles de capital siguen en vigor, afectando a las compañías que operan con proveedores de fuera de Grecia y poniendo en evidencia el frágil estado del sistema financiero.

Tampoco está claro el alcance de la futura participación del FMI, una vez que expire su programa actual el próximo año.

La institución, con sede en Washington, afirma que la enorme deuda pública griega debe ser reestructurada para que el rescate tenga alguna posibilidad de éxito, pero se enfrenta a la resistencia de sus reacios socios europeos.

"Queda un camino difícil por delante, estamos solo empezando el proceso" , dijo el portavoz del FMI, Gerry Rice.

cfe

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