Si quieres motivar a tus empleados, entonces deja de preocuparte por juntar recursos para ofrecerles bonos y aumento de sueldo. Si bien estos incentivos monetarios suelen estimular al personal, no lo hacen a largo plazo. Varios estudios han encontrado que la motivación no sólo depende de dinero; es más, ni siquiera empieza por ahí.

De acuerdo con un estudio realizado por la consultoría Mckinsey, el cual entre otras cosas analizó motivadores financieros y no financieros, encontró que tres incentivos no relacionados con dinero fueron más efectivos que los tres relacionados al dinero mejor evaluados.

Los ganadores fueron: Las alabanzas y elogios del jefe inmediato; la atención de los líderes y las oportunidades para liderar proyectos o tareas. Éstos se coronaron sobre los bonos, el aumento de sueldo y el otorgamiento de acciones.

Por desgracia a nivel mundial son muy pocos los empleados que realmente están motivados al hacer su trabajo. Según Gallup, sólo 13%, está psicológicamente comprometido con su trabajo y dispuesto a contribuir positivamente con sus organizaciones. 63% no está comprometido, lo que significa que difícilmente va a invertir más esfuerzo en las metas de la organización; pero 24% de plano está infeliz, es improductivo y es propenso a contagiar su negatividad.

Estos tres motivadores no financieros “dan una guía de dónde se debe enfocar la guía de los líderes”, explica el análisis de la consultoría.

Más allá del efectivo

Para las empresas, el juntar recursos para otorgar incentivos monetarios es difícil, sobre todo para las pymes. La mejor noticia entonces, es que no tienen que desfalcarse para hacerlo.

“En temas de motivación, importa más una palmadita en la espalda que un viaje a Hawaii. No hay nada de más bajo costo que utilizar las palabras mágicas: gracias y por favor”, explica Alberto Álvarez Morphy, director general de IncentivAction, una empresa que se dedica a ayudar a las empresas a cambiar su cultura organizacional y a dar incentivos eficientes.

La motivación aumenta la productividad, así que es hora de empezar. Te damos algunos consejos de bajo costo.

Viernes de pizza. Es una buena oportunidad para reunirse, convivir y para hablar de los resultados de la semana.

Otra reunión que puede propiciar la convivencia, la integración y a la vez el hablar de negocios son los cumpleaños. Una vez al mes celebrar a todos aquellos que cumplieron ya sea con pastel y velitas, con pizza, con carnitas, o con lo que todos convengan.

“Una vez al mes estamos sentados todos comiendo alrededor de la mesa. Es raro un mes que no haya cumpleaños. Es un momento en donde no hay jefes, somos un grupo de personas comiendo y conviviendo. Son cosas de muy bajo costo y ayudan mucho a la motivación del grupo”, comenta Álvarez Morphy. Todas estas actividades se realizan al interior de IncentiveAction y han tenido excelentes resultados.

En este sentido, las actividades recreativas son una opción a bajo costo y que puede dar buenos resultados. “Estas formas de convivir generan una vinculación afectiva que permite trabajar de una mejor manera y que hace que entre todos nos ayudemos”, explica Israel Coto, director de la oficina de Microsip en la Ciudad de México, una empresa dedicada a desarrollar sistemas administrativos para pymes, la cual buscó al interior de su organización justamente maneras de motivar a su personal y que con éstas mejoró su desempeño.

Predicar con el ejemplo. “Tú no le puedes pedir a nadie que haga algo que tú no harías. Porque si no, la gente va a preguntarse ‘¿Cómo él puede pedirme esto si él ni siquiera sabe cómo se hace ni se está ensuciando las manos’”, sostiene Álvarez. No es sencillo predicar con el ejemplo, de hecho, es mucho más fácil decirle a la gente qué tiene que hacer y llegar a mediodía, pero la realidad es que eso no va a motivar a tu gente. “Esto es lo que divide al jefe del líder”, explica el especialista.

Respeto. Conoce el nombre y apellido de cada uno, salúdalos en el pasillo y di las “palabras mágicas” (gracias y por favor). “Si trabajas en una pyme y no sabes los nombres de tus colaboradores, estás mal”, dice Álvarez.

En las empresas, hay empleados proactivos, que les gusta estar innovando y proponiendo nuevas ideas. El respeto también va en este sentido. Con ellos en especial es importante demostrar la importancia que tienen sus ideas y proyectos. Pero no sólo el respeto sino que también es importante darles autonomía y la libertad de decisión para crear.

“El que tú le puedas dejar que tome ciertas decisiones motiva porque la persona se siente importante y muchas veces ese sentimiento hace que la persona se comprometa mucho más que ganando un sueldazo”, explica Coto.

Flexibilidad laboral. “A veces querer ser rígidos y tener robots en vez de empleados no ayuda”, explica Israel.

En algunos casos los puestos no se prestan para que las personas puedan tener un horario flexible —como quien atiende un mostrador, por ejemplo— o puedan trabajar de casa, por ejemplo, pero en la medida de lo posible es muy importante para la motivación de los empleados el que tengan flexibilidad laboral.

A las mujeres que tienen hijos esta forma de trabajar les es muy útil y de hecho, es una de sus peticiones para quedarse en una organización, de acuerdo con lo encontrado por la consultora Regus en un estudio.

Reconoce. El análisis El valor y el retorno de inversión del reconocimiento de los empleados: Ligando el reconocimiento con un mejor desempeño en el trabajo coincide con otros trabajos realizados por algunas organizaciones —entre las que se encuentra la consultora Gallup— y asegura que el reconocimiento está altamente correlacionado con la mejora del compromiso tanto con el propio trabajo como con la organización misma.

Se recomienda un “modelo 3D”, es decir, que haya reconocimiento tanto en el día con día (de bajo costo); como de manera formal e informal. “80% de las personas a las que les preguntamos, destacaron la importancia de ser reconocidas en el trabajo. El ingreso es bueno, pero el que se reconozca públicamente su trabajo, eso ayuda muchísimo”, afirma Israel.

Muchas veces es mucho más común reprender el mal trabajo —e incluso enfrente del resto de compañeros— y dejar pasar de largo los logros y buen desempeño sólo por pensar que es la obligación del empleado el trabajar bien.

No hay nada más equivocado y que motive menos que el que no exista reconocimiento en el trabajo. Hay que reconocer no sólo en privado sino públicamente el buen trabajo que las personas hacen. La mayoría de las ocasiones es mejor tratar de forma privada los aspectos negativos y de manera abierta y enfrente de todos los logros y las metas.

La sugerencia es hacerlo con una dinámica que varíe y en la que se establezcan varios indicadores que no son obligación del empleado y por los que se va a dar un reconocimiento.

“Por ejemplo, reconocer a quien cumplió durante cierto lapso todas las promesas que hizo, en situaciones en las que se vea que el colaborador está dando un extra”, explica Israel.

Decir la verdad. Ya sean buenos o malos tiempos, tienes que ser honesto con tu equipo, porque las mentiras matan la motivación.

“No hay nada más desmotivante que las cosas vayan mal y que te quieran dorar la píldora”, explica Álvarez. Y esto aplica en todos los ámbitos, no inventes un sentido de urgencia donde no hay y en general, suena quizá muy básico pero es muy importante: no digas mentiras.

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