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La inflación mantuvo su tendencia al alza y en junio alcanzó su nivel más alto en ocho años y medio, debido a los incrementos del jitomate, vivienda propia, carne de res y pollo, gas doméstico LP, y a pesar de la disminución de la gasolina de bajo octanaje, de acuerdo con información dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

En junio, el Índice Nacional de Precios al Consumidor tuvo un incremento de 0.25% respecto al mes inmediato anterior, con lo que la inflación anual llegó a 6.31%, la tasa más alta desde diciembre de 2008, cuando se ubicó en 6.53%.

A su vez, el índice de precios de la canasta básica, que integra una serie de bienes y servicios de consumo popular, mostró un incremento de 0.10% en junio, con un crecimiento anual de 8.57%, la mayor tasa registrada desde diciembre de 2000, cuando fue de 8.74%.

Entre los bienes y servicios cuyos precios incidieron más al alza al cierre del primer semestre del año destacan el jitomate, con un incremento mensual de 16.59%; transporte aéreo, 11.21%; vivienda propia, 0.18%; carne de res, 0.77%; restaurantes y similares, 0.47%; gas doméstico LP, 0.89%; loncherías, fondas, torterías y taquerías, 0.37%; servicios turísticos en paquete, 2.65%; papa, 6.74%, y pollo, 0.99%.

En tanto, los productos cuyos precios influyeron a la baja fueron la gasolina de bajo octanaje, con una disminución mensual de 0.63%; limón, 22.93%; huevo, 3.9%; uva, 23.15%; tomate verde, 10.86%; calabacita, 10.79%; chile poblano, 16.44%; lechuga y col, 6.30%, durazno, 8.17%, y autobús foráneo, 0.99%.

El índice de precios subyacente, que no incluye los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, presentó un alza de 0.30% mensual y una tasa anual de 4.83%, cifra superior a 4.78% reportada en mayo, llegando a ser la más alta desde julio de 2009.

Al interior del índice de precios subyacente, el subíndice de las mercancías creció 0.32%, con lo que su tasa anual llegó a 6.33%.

A pesar de que las mercancías no alimenticias, las cuales posiblemente estén comenzando a reflejar un menor efecto de traspaso del tipo de cambio en los precios al consumidor, presentaron una desaceleración marginal de un punto base, el agregado de mercancías mantiene su trayectoria al alza.

Ello en respuesta al componente de alimentos, bebidas y tabacos, y en línea con el incremento en productos agropecuarios, los cuales son utilizados como insumos para su producción.

Por su parte, el subíndice de servicios fue uno de los principales contribuyentes a la aceleración en el nivel de precios de la economía respecto a mayo pasado, pues éstos pasaron de 3.50% a 3.56% a tasa anual.

En este componente de la inflación subyacente se observaron avances en los servicios relacionados al turismo en función del inicio del verano.

Por su parte, el índice de precios no subyacente tuvo un alza mensual de 0.09% y anual de 11.09%.

Ante los retrocesos en la cotización del petróleo, el apartado de energéticos presentó una desaceleración con relación a mayo, al pasar de 13.41% a 12.86% a tasa anual. En este sentido, las gasolinas y la electricidad respondieron a la baja.

Pese a lo anterior, el componente no subyacente sigue presionado la inflación al alza, en gran medida por el incremento en productos agropecuarios como el jitomate y el aguacate.

Por otro lado, el Inegi también publicó el Índice Nacional de Precios al Productor que en junio ascendió a 6.69%, tasa inferior a 8.10% reportado en mayo, para ubicarse en su nivel más bajo desde septiembre de 2016. Ello le resta presiones por el lado de la oferta a la inflación al consumidor.

A partir de estos resultados al cierre del primer semestre del año, los analistas de Banorte-Ixe prevén que la inflación está muy cerca de tocar el máximo del año con una tasa anual de 6.35% en agosto, para luego empezar a converger hacia su estimado de fin de año de 5.7% anual.

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