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México no dispondrá de nueva producción de gasolinas, en volúmenes importantes, hasta después de 2020.

Además, algunas limitaciones presupuestales también ponen en duda que el país disponga de nuevos volúmenes de diesel, incluido el llamado UBA (Ultra Bajo Contenido de Azufra) a partir de este año.

Los principales proyectos en refinación diseñados para modificar la oferta de gasolinas Magna, Premium y diesel están siendo evaluados por Petróleos Mexicanos (Pemex) y pueden diferirse por los recortes presupuestales.

La subdirección de Proyectos Industriales de Pemex Transformación Industrial, reveló en información entregada vía la Plataforma Nacional de Transparencia, que la fecha de conclusión del proyecto de Aprovechamiento de Residuales en el complejo refinador de Salina Cruz, que aportará 46 mil barriles diarios más de combustibles automotores, está en duda.

Originalmente, de acuerdo con el calendario de obras, este proyecto arrancaría en diciembre de 2020.

Las fechas de conclusión de otros proyectos que contribuirán con nueva producción de diesel, previstas para este año, 2018 y 2019, también están en duda.

Entre ellos se encuentran: el proyecto Conversión de Residuales en Salamanca, Calidad de Combustibles Fase Diesel y el Tren Energético de la Refinería de Minatitlán.

Antes de 2020 no se producirá mayor volumen de gasolina
Antes de 2020 no se producirá mayor volumen de gasolina

La empresa subsidiaria argumenta en el oficio con fecha del 31 de mayo de 2017, que “actualmente existen limitaciones presupuestales, por lo que el desarrollo de los proyectos se lleva a cabo en un ritmo menor al estimado, debido a lo cual las fechas consideradas de terminación pueden sufrir variaciones”.

Por su parte, Francisco Gallo Palmer, presidente de la Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC), aseguró que la obra pública a escala nacional “enfrenta una de las peores crisis de la historia, desencadenada luego de los recortes presupuestales que el gobierno federal ha llevado a cabo al monto destinado a infraestructura”.

En los últimos tres años, agregó el representante de la AMIC, el ajuste al gasto público ha derivado en la afectación de sectores importantes, como el energético, pues la reducción no ha valorado la importancia de éstos en la economía y sociedad.

“El recorte de 230 mil millones de pesos en infraestructura pública ha afectado muchísimo a gobiernos estatales y ayuntamientos, lo que ha derivado en el estancamiento de proyectos y ha frenado el progreso de empresas de la construcción que se han quedado endeudadas a causa de la falta de pago de la administración federal y las locales”, indicó.

El dirigente nacional de AMIC añadió que esta situación generalizada se ha agravado en Chiapas, Coahuila y Tamaulipas, estados más endeudados con el sector, los cuales se han negado o no pueden pagar obras concluidas a pesar del inicio de nuevas administraciones de gobierno o de su próxima finalización, condición que ha generado mayor incertidumbre sobre todo en las pequeñas empresas.

El gobierno federal había previsto que las inversiones proyectadas para el Sistema Nacional de Refinación permitirían incrementar la producción de petrolíferos, específicamente los destilados ligeros e intermedios, que, como resultado de los proyectos de calidad en los combustibles, reconfiguraciones e incrementos de capacidad en los procesos, se espera eleven la producción de gasolina y diesel de UBA en el periodo 2015-2030.


Pronósticos. Bajo este contexto, la expectativa de crecimiento en la producción de petrolíferos es de 2.9% en promedio anual para los próximos 15 años, para alcanzar un millón 412.6 mil barriles diarios hacia 2030.

Pero en el corto plazo, entre 2017 y 2021, las autoridades del sector habían previsto incrementar la producción de gasolina tipo Magna y Premium de 327.8 mil barriles diarios a 514.3 mil barriles, poniendo en operación los cuatro principales proyectos citados.

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