En los negocios la información y la anticipación son factores claves. Para los agentes económicos, es importante generar modelos de inferencia que permitan conocer comportamientos de consumo, tendencias y todo tipo de variables estratégicas para tomar las mejores decisiones económicas como la inversión, producción, exportación, fijación de precios, entre otras; es por ello que en la actualidad la economía no puede ser entendida sin el big data.

De igual forma, el big data, usada como un medio de preinteligencia y de anticipación, resulta sumamente importante para el gobierno tanto para políticas públicas como sistemas de seguridad nacional.

El big data es un término que cada día cobra más importancia, sobre todo en la economía digital, más también en las instituciones como el Ejército y Fuerzas Armadas; consiste en una recopilación de datos a gran escala que con la ayuda de la tecnología son utilizados para descifrar patrones, tendencias y preferencias, en determinado tema, consumidores u organizaciones.

El vertiginoso avance de la tecnología y el internet de las cosas provoca que en tiempo real, a través de cada búsqueda en la red, en cada click, en el momento en que utilizamos el teléfono móvil, estemos generando una cantidad de datos que no es más que información que un algoritmo se encarga de traducir en cifras valiosas, útiles para todo tipo de análisis económico, de determinación de políticas públicas y de estrategias seguridad a partir de la analítica anticipativa.

El volumen de información es tan grande que ayuda a todos los niveles, gobiernos, organizaciones e individuos, a que la toma de las decisiones económicas, sociales o de seguridad sean cada vez más eficientes gracias a los vínculos e interconexiones que se almacenan en el big data.

Hay que recordar que una herramienta estratégica de los agentes económicos, sociales y políticos que actúan en un mismo mercado es la información; todos buscamos maximizar los beneficios de las decisiones y hacerlas más eficientes.

En materia económica y de negocios, quienes han apostado por construir modelos con base en la información del big data, no sólo están adquiriendo mayores clientes, también mejoran en sus cadenas de suministro, en su eficiencia financiera, su rotación de inventarios; los consumidores accesan mejores precios, encuentran mejores servicios, obtienen ahorros y en general se está revolucionando la manera en cómo consumimos, trabajamos o vivimos.

Compañías como Google, Facebook, Amazon, entre otras, en todo momento están generando nuevos perfiles y nos sugieren también de todo tipo información, productos complementarios, conexiones que son valiosas, que son capaces de interpretar las tendencias; son relaciones entre procesos, sistemas y ciclos, una fortaleza que surge de la competitividad de la economía digital y que se transfiere a nuestra vida diaria y como un mecanismo de transmisión de las políticas económicas.

De acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en los Hogares de 2016 del Inegi, 47% de los hogares en México dispone de una conexión a internet y hay 65.5 millones de personas que utilizan la red. De ellas, 60.6 millones utilizan un teléfono inteligente y el resto una computadora personal. Entre las principales actividades que se realizan en la red están la comunicación, el entretenimiento y compras en línea.

El potencial que estas actividades y decisiones tan personales en la red tienen para traducirse en números es enorme; nos permitiría reducir la incertidumbre, conocer nuevas estacionalidades, medir preferencias o riesgos y pueden ser tan trascendentes que llegaran a afectar el estado de la economía o prevenir peligros en materia de seguridad-País.

El riesgo que existe es que millones de datos de información, pueden quedarse en interpretaciones erróneas, en profecías o simple infoxicación que no es otra cosa que una saturación de datos informativos. Para que estas interrelaciones se conviertan en una herramienta de anticipación estratégica, se requiere de un análisis profesional.

Las instancias deben entonces formar a su gente para capitalizar la analítica anticipativa, es decir, surge la necesidad de procesar la información y realizar un análisis correcto de datos, estadísticas y contenidos, así como de tener una habilidad para calcular adecuadamente y convertir dicha data en ventajas para empresas gobiernos, organizaciones e individuos y tener decisiones económicas más informadas y eficientes para todos. La tecnología e innovación siguen avanzando y tenemos que estar preparados para aprovecharlas correctamente y capitalizarlas.

Vicepresidente de Consultores Internacionales S.C.

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