La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) continuará restringiendo la producción de crudo durante al menos nueve meses más, hasta marzo de 2018, resolvieron ayer los ministros del rubro en su reunión semestral en Viena.

También países que no son miembros de la OPEP, como Rusia, participan en esta medida, que establece que diariamente se extraen 1.8 millones de barriles (de 159 litros cada uno) menos. “Nueve meses es lo óptimo”, justificó el ministro de Energía saudita, Jalid Al Falih, la prolongación de la restricción, que tiene como meta estabilizar el mercado. El recorte supone alrededor de 2% de la producción mundial diaria y se corresponde con la sobreoferta.

Rusia considera la alianza con los estados de la OPEP un modelo exitoso que debe ser profundizado. “Entramos en una nueva era de la cooperación”, dijo el ministro de Energía ruso, Alexander Novak, en el inicio de la segunda reunión conjunta de ministros de la OPEP con países que no son miembros de la organización.

“Para lograr el efecto completo, aún necesitamos unos meses”, consideró Novak, quien subrayó la unidad de la alianza. Casi ningún observador del mercado esperaba que los 24 estados participantes en la reunión se atuvieran tan estrictamente a sus propias normas, señaló el ruso. La aplicación de la prórroga de la restricción se basa en un equilibrio complejo entre el intento de aumentar los precios y la lucha por porciones del mercado. Algunos países de la OPEP, como Venezuela, inmerso en una crisis económica, necesitarían que aumenten otra vez sus ingresos por la venta de crudo.

Al mismo tiempo, sin embargo, un aumento del precio del petróleo haría más atractiva la explotación de petróleo de esquisto de Estados Unidos, donde el crudo se extrae también con el método del fracking. Estados Unidos ha ido ganando terreno en el mercado. Mientras que varios representantes restaron importancia a la competencia del petróleo de esquisto estadounidense, el ministro venezolano, Nelson Martínez, habló de “una amenaza”. Los productores de EU redujeron sus costos de extracción y se volvieron más competitivos, dijo.

Hasta ahora la restricción no ha producido el efecto esperado. Aunque al principio el precio del petróleo aumentó hasta 15%, actualmente el barril cuesta poco más de 50 dólares, es decir, lo mismo que cuando se alcanzó el acuerdo. El precio se sitúa en la mitad de lo que llegó a valer en los años más lucrativos para los países petroleros: entre 2011 y 2014, el valor del barril se ubicaba en torno a los 100 dólares.

Los precios comenzaron a bajar por el exceso de oferta en el mercado mundial, además de por la competencia del petróleo de esquisto estadounidense; sin embargo, los analistas tampoco esperan que los nuevos acuerdos de la OPEP provoquen una subida del precio del petróleo. Además, Brasil y algunos países de África Occidental entrarán a principios de 2018 en el mercado con nuevos campos petrolíferos.

La OPEP proporciona un tercio de la producción mundial de petróleo. Además, cuenta con las mayores reservas conocidas. Sobre todo Venezuela, que enfrenta una fuerte crisis, posee grandes reservas.

A la baja. Los precios del petróleo se desplomaron casi 5% ayer, debido a que la decisión de la OPEP y otros países fuera del grupo de prorrogar los recortes de producción no cumplió con las expectativas de que profundizarán las reducciones. La caída es la mayor en términos porcentuales para un día desde comienzos de marzo.

El crudo referencial Brent cayó 2.50 dólares, o 4.6%, a 51.46 dólares por barril. Los futuros del crudo West Texas Intermediate en EU perdieron 2.46 dólares, o 4.8%, a 48.90 dólares por barril, rompiendo la barrera de 50 dólares en la semana.

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