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Durante el cuarto mes del año, la inflación continuó su tendencia al alza a pesar de la baja en las tarifas eléctricas, el gas y la gasolina de bajo octanaje.

El Índice Nacional de Precios al Consumidor registró un incremento anual de 5.82% durante abril pasado, la tasa más alta desde mayo de 2009, de acuerdo con la información más reciente dada a conocer por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

El indicador reportó un alza mensual de 0.12% en abril, a diferencia de la baja registrada en ese mes durante los últimos tres años, producto del efecto estacional de la reducción de las tarifas eléctricas de verano, que este año fue insuficiente para compensar el incremento de los precios.

“La persistente realineación de precios da evidencias de corrección de precios rezagados, lo cual genera una inercia hacia adelante y pone en riesgo las expectativas inflacionarias”, comentó Alfredo Coutiño, director para América Latina Moody’s Analytics.

“A pesar de que el precio de las gasolinas se ha mantenido relativamente estable, los demás precios han continuado aumentando, sobre todo aquellos que forman la canasta de precios subyacentes”, añadió.

Entre los productos cuyos precios más contribuyeron a la inflación en el cuarto mes del año fueron: el jitomate, pollo, loncherías, fondas, torterías y taquerías, aguacate, vivienda propia, transporte colectivo, leche pasteurizada y fresca, servicios turísticos en paquete y automóviles.

Por el contrario, los bienes y servicios cuyos precios contribuyeron más a la baja fueron: electricidad, gas doméstico LP, gas doméstico natural, tomate verde, gasolina de bajo octanaje, cebolla, limón, servicio de telefonía móvil, carne de cerdo y plátanos.

La inflación se eleva a 5.82% en abril, la mayor en 8 años
La inflación se eleva a 5.82% en abril, la mayor en 8 años

El Índice de Precios Subyacente, que no incluye los bienes y servicios cuyos precios son más volátiles, aumentó a tasa mensual 0.45% y a tasa anual 4.72%;

Por su parte, el Índice de Precios No Subyacente mostró una disminución mensual de 0.84% y un crecimiento de 9.25% anual.

Las constantes presiones al alza en el índice subyacente son explicadas en su mayor parte por las mercancías, tanto alimenticias (6.77% a tasa anual) como no alimenticias (5.45%), en las cuales siguen permeando las variaciones en los insumos, tales como los energéticos.

Respecto a las mercancías no alimenticias, estas últimas acumulan cinco meses con incrementos, reflejando particularmente un efecto traspaso de la depreciación acumulada del peso frente al dólar, aunque aminoraron el ritmo de expansión mensual en relación a marzo, al pasar de 0.79% a 0.57%.

“El problema de la inercia inflacionaria es que introduce el riesgo de contaminación en las expectativas de los verdaderos formadores de precios (productores y distribuidores), los cuales lejos de ver una estabilización inflacionaria, lo que perciben es una inflación galopante mes tras mes.

“Esto conlleva el riesgo de generar apuestas a una inflación cada vez mayor y por ende a incrementos de precios prolongados para evitar volver a acumular rezagos”, concluyó el directivo de Moody’s Analytics.

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